El resultado coincide, en gran medida, con las estimaciones de hace un mes, que indicaban un rendimiento máximo del 0,3%, y también se hace una revisión a la baja de la comparación anual: desde la tendencia del +0,6% indicada por ISTAT a finales de julio se pasó al +0,4%.
Pero, de cara al futuro, el dato más preocupante es el crecimiento adquirido, la variación que se obtendrá si la economía italiana registra una variación nula en los dos próximos trimestres.
Del 0,8% estimado el 31 de julio se pasó al +0,7%, cifra que complica la consecución del objetivo indicado por el Gobierno para finales de año, fijado en el +1%.
Pero dada la información que trascendió, ese porcentaje está sujeto a ajustes.
La única nota positiva la encontramos en las estadísticas de precios industriales, en este caso, correspondientes al mes de julio.
En comparación con julio de 2022, disminuyeron más de un 10%, gracias a la flexibilización del tema energético, lo que sugiere una consiguiente caída más que alentadora de la inflación.
Sin embargo, en el período abril-junio, todos los sectores de la economía registraron una contracción, incluidos los servicios, que habían contribuido más que la industria y la agricultura en los meses anteriores a mantener a flote el sistema económico.
Según Coldiretti, además, no se pueden subestimar los fenómenos meteorológicos extremos.
De hecho, a razón de 10 por día, entre granizadas, tormentas e inundaciones, denunció la asociación de agricultores, se redujo la producción agrícola.
Confesercenti, por el contrario, señala los daños causados ;;por una inflación prolongada, la erosión del poder adquisitivo de los hogares y la crisis comercial, con el colapso de los nacimientos de empresas con sólo una apertura cada dos cierres.
No es casualidad que el comportamiento negativo del trimestre haya estado influido, sobre todo, por la demanda interna, con un consumo estancado y con una inversión en marcado descenso.
En definitiva, la ola de desaceleración en Alemania alcanzó también a las empresas italianas, pero la situación también se vio agravada por un componente totalmente nacional.
El detalle de la situación está en los porcentajes del ISTAT: respecto al trimestre anterior, señaló el Instituto, todos los principales agregados de la demanda interna disminuyeron, con una caída del 0,3% en el consumo final nacional y un 1,8% del capital fijo bruto.
Las importaciones y exportaciones también fueron malas, ambas cayeron un 0,4%.
Lo contrario también es evidente en comparación con otras economías importantes.
Como líder europeo en el primer trimestre, Italia volvió a perder terreno, situándose -según los datos económicos- en una posición subordinada respecto a París y Berlín, superados a principios de año.
De hecho, el -0,4% de Italia se compara con el +0,6% de Estados Unidos, el +0,5% de Francia y la estabilidad de Alemania.
En conjunto, el PIB de los países de la zona del euro fue positivo, con un crecimiento del 0,3% respecto al trimestre anterior.
La CGIL acusó al gobierno de haber hecho "poco o nada" para sostener los ingresos y los salarios y confirmó la manifestación del 7 de octubre, porque "ha llegado el momento de movilizarnos".
Sin embargo, nadie, ni siquiera asociaciones y sindicatos, habla todavía explícitamente del espectro de una recesión, excepto la Unión Nacional de Consumidores, que teme una recesión técnica que está a la vuelta de la esquina.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA