La nueva amenaza al empleo podría llamarse inteligencia artificial, ya que su difusión pondría en riesgo hasta 8,4 millones de trabajadores italianos, incluidos los más cualificados.
La alarma la dio la Confederación de Artesanos italiana (Confartigianato) que en un informe advierte que, del total de ocupados, el 36,2% sufrirá el impacto de profundas transformaciones tecnológicas y procesos de automatización.
Sin embargo, las repercusiones no serán uniformes en toda la península. De hecho, la región más expuesta es Lombardía, con un 35,2% de empleados contratados en 2022 en el balance. Le sigue Lazio con un 32%, mientras que Piamonte y Valle d'Aosta ocupan juntos el tercer lugar con un 27%.
Las perspectivas son aún más sombrías si analizamos las otras grandes economías europeas. Según Confartigianato, en efecto, en Alemania y Francia los trabajadores en riesgo son respectivamente el 43% y el 41,4%.
Luego destaca el 59,4% de Luxemburgo. En general, la media europea también es superior a la de Italia: 39,5%. Las profesiones más expuestas son las más cualificadas con contenido intelectual y administrativo.
Van desde técnicos de la información y las comunicaciones hasta directivos administrativos y comerciales, pasando por los especialistas en ciencias comerciales y de la administración, los de ciencias e ingenierías, pasando por los directivos de la administración pública.
Por otro lado, las menos riesgosas son las actividades laborales que tienen un componente manual no estandarizado. Del análisis de los accesos recientes al mercado laboral se desprende que la expansión de la inteligencia artificial amenaza al 25,4% de los trabajadores que ingresarán a las empresas en 2022, es decir, 1,3 millones de personas.
Para las pequeñas empresas con hasta 49 empleados, la proporción es del 22,2%, equivalente a 729.000 personas.
Sin embargo, la inteligencia artificial de riesgo puede convertirse en una oportunidad. Confartigianato destaca que la IA es el arma que las empresas están explotando para optimizar sus actividades.
En concreto, el 6,9% de las pequeñas empresas italianas utilizan robots en sus procesos, superando así el 4,6% de la media europea y, en particular, duplicando el 3,5% de Alemania.
Además, el 5,3% de las pymes hace uso de sistemas de inteligencia artificial y el 13% planea realizar inversiones en la aplicación de la IA en un futuro próximo.
Una nueva frontera, por tanto, que presenta riesgos, pero también puede aportar ventajas. Según el presidente de Confartigianato, Marco Granelli, la IA debe ser considerada como un "medio", no como un "fin", pero sobre todo "no debe ser temida sino regida por la inteligencia artesanal".
Entonces, así es como cambia la perspectiva: la IA, de esta manera, puede ser "una herramienta capaz de potenciar la creatividad y las habilidades inimitables de nuestros emprendedores. No existe ningún robot o algoritmo que pueda copiar el conocimiento artesanal y simular el alma de los productos y servicios, bellos y bien hechos, que hacen que el Made in Italy sea único en el mundo", concluye Granelli.
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