Las controversias, las denuncias y los controles no detienen la subida del precio de la gasolina en las autopistas: desde la actualización diaria del Ministerio de las Empresas y del Made in Italy (MIMIT), la nafta subió a una media de 2.019 euros por litro y El 14 de agosto estaba a 2.015 euros.
El costo del diesel también aumentó, a 1.928 (1.921 en la víspera del 15 de agosto). Entre las regiones, el precio medio más alto sigue estando en Puglia, con 1,969 euros por litro y el más bajo en Marche (1,924 euros).
Los consumidores protestan: en tiempos de vacaciones, de regreso pero también de salidas vacacionales, cargar el tanque es un dolor de cabeza.
Pero el alto costo del combustible también hace sentir su peso en el carrito de las compras, dado que en Italia el 88% de las mercancías viajan por carretera para llegar a los estantes, recuerda la Confederación Nacional de Agricultores (Coldiretti).
Además de que las subidas de precios afectarán a quienes se fueron de vacaciones con sus propios autos, está claro que las subidas se trasladarán a otros bienes, la llamada cesta de la compra, que desde luego no ayudarán a reducir la inflación.
Y luego está la Coordinación de asociaciones para la defensa del medio ambiente y la protección de los derechos de los usuarios y consumidores (Codacons), que vuelven al ataque. Esta vez anunciando la disposición a interponer una denuncia contra el Ministerio de Economía y Hacienda con "advertencia de congelar los ingresos por impuestos especiales, 2.200 millones, que suponen un desfalco y una especulación amañada contra los consumidores".
Ayer la asociación había anunciado denuncias ante 104 fiscales y la policía financiera. El llamamiento general es reducir los impuestos especiales ahora.
Federcontribuenti cree que "el precio de la gasolina puede bajar 20 céntimos sin consecuencias negativas para las arcas del Estado".
Y pronto lanzará una "operación de la verdad" sobre la composición de los precios de los carburantes: "La mitad de tu tanque lleno se destina a impuestos estatales" con una pegatina que se pegará en muchas gasolineras.
La asociación explica que "sobre dos euros de coste por litro de verdor, el impuesto especial total alcanza los 98 céntimos, a los que se les aplica un impuesto sobre el valor añadido de 20 céntimos".
"Un impuesto sobre los impuestos", señalan. "Si todo va bien, los operadores de bombas van sólo 4 céntimos el litro".
La Asociación sin fines de lucro para la defensa del consumidor (Assoutenti) reitera que la fiscalidad de los carburantes en Italia es de las más altas de Europa y que "las arcas del Estado están ganando miles de millones de euros gracias a las subidas" a pesar de la caída del precio del petróleo en los últimos días.
Así que le pide al gobierno que aproveche las ganancias adicionales que ha obtenido en los últimos meses gracias a los impuestos a los combustibles para reducir los impuestos especiales.
Uno de los efectos negativos del aumento de los precios de los combustibles es el impacto que tendrá también en otros bienes.
En Italia, el 88% de las mercancías viajan por carretera para llegar a los estantes y el aumento de los precios de la gasolina y el gasoil tiene un efecto de bola de nieve sobre los costes empresariales y el gasto de los consumidores.
Según un análisis de Coldiretti, realizado sobre datos del Centro de Estudios Divulga, el coste medio por kilómetro de mercancías de transporte pesado es igual, a nivel nacional, a 1,12 euros/kilómetro, superior al de países como Francia (1, 08 euros/km) y Alemania (1,04 euros/km).
Una realidad que también golpea la competitividad, con costes logísticos un 11% superiores a la media europea.
El tema obviamente también calienta la política. La oposición gubernamental ataca al ministro de Empresa y Made in Italy, Adolfo Urso.
Para la diputada del M5 Emma Pavanelli, "vive en Marte" e insta al ejecutivo a "trabajar de lleno para bajar los impuestos especiales como prometió la FDL (Hermanos de Italia) en la campaña electoral".
Raffaella Paita y Luigi Marattin, de Italia Viva, también lanzan flechas, recordando cómo los impuestos especiales, a los que el ministro atribuye el coste del combustible, "tras el recorte de (el expresidente del Consejo de Ministros, Mario) Draghi, fueron reintroducidos por su gobierno".
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