Son multas que se producen gracias a los radares. Y es eso lo que quiere limitar el ministro Matteo Salvini, al menos para quienes mantienen encendido el aire acondicionado en el auto, tal vez con niños o ancianos a bordo.
Sin embargo, es una cifra monstruosa la que los primeros ciudadanos ponen cada año en el presupuesto para restituir las cuentas quizás no prósperas pero que no se comprometen, ni mínimamente, en intervenciones que incrementen la seguridad vial.
Además, se trata de una cifra que, en algunos casos, no se puede cobrar (pensemos en los coches de alquiler) y queda como un pasivo en el balance, generando futuros desajustes.
Un observatorio está en camino de arrojar luz sobre una situación que los consumidores definen como una "jungla".
El proyecto se encuentra actualmente contenido en una reforma al decreto de la Administración Pública que está siendo examinada por la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara.
Sin embargo, esta enmienda pertenece al ponente y, por lo tanto, es casi seguro que se apruebe. Aplauden a las asociaciones de consumidores pero apuntan: hay que ver qué competencias tendrá este organismo.
Los detalles aún son escasos, pero la enmienda explica que el observatorio, establecido en el MIT, "supervisa la transparencia y el uso de los ingresos de las multas administrativas y el uso de dispositivos electrónicos de control de velocidad, verifica los informes de las asociaciones de consumidores y puede iniciar investigaciones".
Las multas nunca son un placer, sin embargo, e incluso si el código de circulación prevé garantizar un comportamiento de conducción virtuoso y golpear a los automovilistas demasiado extrovertidos, a veces la policía debería ser más cuidadosa, explica Salvini.
"Tras algunos informes de los ciudadanos - explica una nota del MIT - Salvini también invita a todos los las fuerzas del orden y la policía local a aplicar el sentido común en relación con la regla del apartado 7-bis del artículo 157 del Código de Circulación que prevé fuertes multas para los automovilistas que dejen el motor en marcha, mientras el vehículo está estacionado, para mantener el sistema de aire acondiciodo".
"Pensamos en familias con niños o ancianos a bordo. Las normas hay que aplicarlas pero con sentido común y usando la cabeza", concluye el ministro. Este tema aún puede ser abordado en el próximo código de circulación, que definirá el propio Salvini, y que debería ver la luz en otoño.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA