La economía italiana "resistió bien" los efectos de la guerra en Rusia, demostrando ser "fuerte" también gracias a "generosos incentivos, incluido el Superbonus", que incluye reducción de gastos por medidas de eficiencia energética y de reducción del riesgo sísmico de edificios. El FMI promueve el enfoque prudente del gobierno y su compromiso con la reducción de la deuda al considerar "adecuados" los ajustes previstos a corto plazo.
Pero también advierte: el impuesto único podría tener efectos negativos sobre la recaudación tributaria y la equidad, pero sobre todo las amnistías tributarias, así como los umbrales para el uso del efectivo, "no ayudan al recaudador".
"Recibimos las valoraciones del FMI con el debido optimismo y atención", dijo el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, quien aseguró que el Gobierno seguirá "en la senda de la prudencia, la responsabilidad y el realismo, persiguiendo el objetivo de reducción de la deuda pública con atención a personas y familias más vulnerables y sin descuidar el crecimiento indispensable para relanzar la economía italiana, que muestra su solidez y resiliencia frente a eventos adversos".
Al alentar a Roma a una implementación oportuna y efectiva del Plan Nacional de Reconstrucción y Resiliencia (PNRR)" -mañana se espera una reunión de gabinete sobre la revisión del plan-, los expertos de Washington destacan "la necesidad de vigilar el gasto en pensiones y enfrentar el desafío demográfico para evitar negativos efectos sobre el crecimiento". "La población italiana está disminuyendo y envejeciendo rápidamente y para combatir los efectos negativos del declive demográfico sobre el PIB" -explica el FMI- se necesita una "estrategia coherente para aumentar significativamente la productividad".
Una estrategia para la que son imprescindibles "reformas e inversiones" con el objetivo de modernizar la economía, acelerar la transición digital e impulsar la innovación. La presión demográfica también podría aliviarse "invirtiendo la dirección de la migración" mejorando las "oportunidades y perspectivas de carrera" para los trabajadores altamente calificados y adoptando una "política de inmigración pragmática".
Para combatir el desafío demográfico, abordar el problema de la baja fecundidad tiene valor, pero -observan los expertos de Washington- las políticas en este sentido tardan décadas en surtir efecto.
En el frente fiscal, el Fondo advierte contra el aumento del umbral para las transacciones en efectivo y la introducción de amnistías sobre las deudas tributarias. "No son útiles", explica, y también advierte sobre las "posibles implicaciones adversas" del impuesto único, que podría resultar en una "caída significativa en los ingresos y la equidad".
En Italia -añade, recordando las estimaciones de evasión fiscal de 109.000 millones, el 6% del PIB- se necesita una reforma fiscal "para ampliar la base imponible y aumentar la equidad y la eficiencia" y debe basarse en "medidas que fomenten la inversión y empleo cumpliendo los objetivos de ingresos y progresividad".
Una mención también a los ingresos catastrales detenidos en 1980 con un impuesto sobre la propiedad "infrautilizada". De nudo a nudo luego están las pensiones: el FMI insta a Italia a evitar "más salidas anticipadas" a la luz de un gasto en pensiones ya superior a la media europea (16 frente al 13 %) y teniendo en cuenta el hecho de que la edad efectiva de salida (menos de 64) es inferior al legal (67).
Si bien elogia la resiliencia de Italia, el progreso realizado por el sector bancario y el enfoque del gobierno en un contexto complejo como el actual, el Fondo observa, no obstante, la existencia de riesgos a la baja en las perspectivas económicas, comenzando por el endurecimiento monetario.
Las "políticas que ralentizan el alivio de la deuda o los retrasos prolongados en la recepción" de los fondos de NextGenerationEU -fondo masivo de recuperación de la Unión Europea de 750 mil millones de euros- podrían generar "preocupaciones" financieras. Nuevos saltos en los precios de la energía, la fragmentación del comercio exterior y la inversión y una disminución general de la demanda externa también podrían pesar sobre el crecimiento.
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