La operación de compra de las instalaciones de gas de ciclo combinado capaces de generar 8.400 megawatts y 100 que corresponden a un parque eólico fue realizada por la gestora de activos Infrastructure Partners, pero cuenta con el apoyo de fondos del Gobierno de México.
El presidente López Obrador lo calificó como "una nueva nacionalización" eléctrica como la realizada por su antecesor Adolfo López Mateos en 1960 o la del petróleo efectuada por el mandatario Lázaro Cárdenas en 1938.
Iberdrola México dispone en el país de una capacidad instalada de más de 11 gigawatts (GW) a través de 17 centrales de ciclo combinado y cogeneraciones, 693 MW en siete parques eólicos y 470 MW en tres parques fotovoltaicos, con presencia en 15 estados.
Los ciclos combinados operan bajo régimen de Productores Independientes de Energía contratados con el ente gubernamental Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Iberdrola mantiene desde 2017 un contrato mediante el cual la CFE se comprometió a abastecer el gas a la compañía, pero las diferencias sobre el costo de la factura en febrero de 2021, cuando la tormenta invernal en Texas desató una escasez de combustible y el precio del energético se elevó hasta en 7.000%, escaló las cosas al nivel de un enfrentamiento.
El analista Jorge A. Meléndez señaló que "desde el punto de vista económico o racional, la decisión de estatizar las plantas de Iberdrola no tiene el más mínimo sentido" pues fueron construidas para "evitar que el gobierno tuviera que erogar en su costosa construcción y evitar una muy probable operación deficitaria".
Para el comentarista político "este capricho ideológico podrá ser el más caro del sexenio" pero su propósito es "ideológico" por cuanto busca que el gobierno se anote un "supuesto triunfo de una nacionalización" a unos meses de dos elecciones cruciales para el país, en los estados de México (centro) y Coahuila (norte) y las presidenciales de 2024.
El columnista financiero Mario Maldonado recordó que el mandatario que ya nacionalizó el litio y "renacionalizó el petróleo" considera que con la venta del 80% de la operación de Iberdrola en el país "les ganó la partida a los españoles".
"La realidad es que la operación financiera a través de la cual van a pagar a Iberdrola unos 6.000 millones de dólares se llama, aquí y en China, endeudamiento", indicó el analista.
La transacción se realizará mediante el Fondo Nacional de Infraestructura de México (Fonadin) y se concluirá en los próximos cinco meses, informó el ministro de Hacienda, Rogelio Ramírez, quien dijo que "no va a sumar a la deuda pública presupuestal de México" pero en la práctica se financiará con una colocación de papeles del gobierno.
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