(ANSA) - El buque regasificador Golar Tundra de Snam finalmente llegó al puerto de Piombino (Livorno) después de 26 días de navegación desde Singapur (vía Suez), hizo su entrada y ya está amarrado en el muelle norte.
Cuatro remolcadores lo asistieron hasta el amarre con una maniobra lenta y precisa tras una parada de espera de unas cuatro horas fondeado en el golfo de Follonica. Luego entraba por la proa, en el centro de la rada se le hizo girar para llevarlo al punto definitivo de amarre.
El barco tiene casi 300 metros de largo y 55 metros de alto, por lo que se necesitó una operación nocturna para manejar sus dimensiones, es decir, se actuó cuando el tráfico del ferry se detuvo hasta el amanecer después del último servicio.
La llegada del barco regasificador a Piombino, y del otro barco similar planeado para Ravenna, liberará a Italia de una parte significativa de la dependencia de las importaciones de metano de los gasoductos terrestres transnacionales, desde Rusia y también desde Azerbaiyán. Los gestores podrán volcarse a los mercados de otros continentes (África, América, incluso Asia-Oceanía) y remediar las turbulencias geopolíticas que pueden afectar al transporte de gas únicamente por vía terrestre.
Al buque Piombino Fsru se le atribuye una capacidad potencial de transformación de gas licuado de 5.000 millones de metros cúbicos al año. Sin embargo, junto con el Fsru que estará en Rávena, se habla de unos buenos 13 mil millones de metros cúbicos por año, una señal fuerte en la adquisición y distribución de gas para Italia.
Golar Tundra no se activará de inmediato. Habrá que esperar hasta mayo, según las previsiones técnicas, cuando se completarán las conexiones con el nuevo oleoducto terrestre en el astillero Snam visible a lo lejos al otro lado del puerto comercial. La presencia de Golar Tundra ya tiene un fuerte valor simbólico.
El presidente de Toscana, Eugenio Giani, habló sobre el puerto en la noche del domingo, destacando la importancia de esta etapa en el contexto de las políticas energéticas nacionales y relanzando el tema de las compensaciones para Piombino, el segundo polo siderúrgico italiano, un ciudad que ha manifestado su disconformidad por haber sido elegida.
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