Los frijoles secos, las lentejas y los garbanzos son buenos para la salud porque son ricos en nutrientes, tienen un alto contenido de proteínas y no dañan el medio ambiente.
De ello se hablará el próximo 10 de febrero en el evento virtual organizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con sede en Roma, titulado "Impulsos para un futuro sostenible".
El encuentro tiene lugar con motivo del Día Internacional de las Legumbres, establecido por Naciones Unidas en 2018, para concientizar a la ciudadanía sobre los beneficios nutricionales de consumir una variedad de alimentos, incluidas las legumbres, que, como señala la ONU, contribuyen a la consecución de la Agenda 2030 y para promover la agricultura sostenible.
Según la FAO, para producir un kilo de lentejas se necesitan 1.250 litros de agua, frente a los 13.000 litros para producir un kilo de carne bovina.
Esto por sí solo sería suficiente para fomentar e intensificar la producción y el uso de leguminosas en la alimentación humana, plantas que existen desde hace millones de años y también son unas de las primeras en el mundo en haber sido cultivadas.
Los frijoles secos, las lentejas y los garbanzos desempeñan un papel en la lucha contra la erosión y el agotamiento del suelo porque no necesitan fertilizantes nitrogenados al fijar ellos mismos el nitrógeno y esta autosuficiencia evita la emisión de gases de efecto invernadero.
Al ser bajas en grasas y altas en fibra soluble, las legumbres ayudan a reducir el colesterol y controlar el azúcar en la sangre. Por estas cualidades son recomendados por las organizaciones de salud en el tratamiento de enfermedades no transmisibles como la diabetes y enfermedades del corazón.
También se ha demostrado que las legumbres ayudan a combatir la obesidad.
Finalmente, para los agricultores, las legumbres son un cultivo importante.
Comer o vender las legumbres que cultivan ayuda a los agricultores a garantizar la seguridad alimentaria de sus familias y les brinda estabilidad económica.
El evento de la FAO también discutirá que el sector mundial de las legumbres está demostrando ser un motor económico que impulsa la resiliencia de las cadenas de suministro regionales y mundiales.
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