El eritreo Biniam Girmay conquistó hoy la octava etapa del Tour de Francia y repitió en suelo galo su celebración en Turín, donde se adjudicó la tercera etapa de cuatro etapas de la tradicional competencia ciclística que se celebraron este año en territorio italiano.
El ciclista del equipo Intermarché superó en el sprint final del tramo de 183,4 kilómetros que unió Semur-en-Auxois con Colombey-les-Deux-Eglises con un tiempo de cuatro horas, cuatro minutos y 50 segundos.
A sus espaldas y con idéntico registro cerraron los belgas Jasper Philipsen (Alpecin-Deceuninck) y Arnaud De Lie (Lotto-Dsteny), quienes completaron el podio de una jornada en la que el esloveno Tadej Pogacar (UAE Team Emirates) volvió a retener la casaca amarilla de líder de la competencia.
Girmay, que se consolidó como líder entre los más jóvenes de la prueba y es el primer africano en lograrlo, confesó: Llevar esta casaca es extraordinario. Diría que un sueño. Estoy sumando puntos y ganando etapas con ella y todo marcha mejor de lo esperado. Espero seguir así hasta Niza", donde se correrá la última fracción.
"Es increíble ganar dos veces en el Tour. No sé qué decir, sólo gracias a Dios por todo y por esta victoria que le dedico a mis padres, que siempre me apoyaron y creyeron en mí y de quienes me siento muy orgulloso", completó el eritreo.
Pogacar, ganador del Tour en 2019 y en 2020, volvió a calzarse la amarilla pues tras finalizar decimotercero en la etapa con el mismo registro que el vencedor mantuvo su ventaja de 33 segundos sobre su escolta belga Remco Evenepoel, de Soudal Quick-Step y vencedor de la etapa previa que hoy cerró en el décimo lugar.
El tercer escalón de la general lo ocupa el danés Jonas Vingegaard (Visma-Lease), ganador de las pasadas dos ediciones que llegó a esta tras recuperarse de un grave accidente que sufrió en abril en la Vuelta al País Vasco y quien se mantiene a un minuto y 15 segundos de la cima.
Hoy, en una fracción que se disputó bajo la lluvia, no fue de la partida uno de los favoritos, el ex campeón mundial danés Mads Pedersen, quien "tiró la toalla" por precaución tras las lesiones en el hombro izquierdo que padeció en una caída que sufrió durante la quinta etapa.
"Decidí concentrarme en otros objetivos", explicó el ciclista cuyo equipo, Lidl Trek, confirmó que "el dolor de los golpes que sufrió no mejoró en estos días y la movilidad empeoró. Se le hizo imposible seguir en estas condiciones", agregó el parte de la escudería, que no descartó que se someta a exámenes médicos complementarios, aunque los controles efectuados determinaron que no sufrió fracturas.
Lidl-Trek, en cambio, no se pronunció sobre la multa de 200 francos suizos que los comisarios del Tour le aplicaron al francés Julien Bernard por "conducta indecorosa para el deporte" debido a que en la etapa del viernes festejó dándole un beso en la boca a su esposa y saludando a sus hijos.
"Perdón UCI (Unión Ciclística Internacional) por haber dañado la imagen del deporte, pero pagaré con gusto los 200 francos suizos todos los días con tal de volver a vivir momentos como ese", comentó con ironía el propio Bernard.
Mañana se correrá la novena etapa en Troyes sobre un recorrido de 199 kilómetros en la que nadie se animó a pronosticar quién será el favorito a la victoria.
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