"El rey ha muerto, larga vida al rey", es una frase pronunciada hace 752 años durante la sucesión del trono de Inglaterra que se utilizó más de medio siglo después frente a una situación similar en Francia, donde hoy "nació" un nuevo monarca, aunque en un contexto bastante menos trágico que aquellos.
El nuevo rey del tenis es el italiano Jannik Sinner, que se sentará desde el lunes en el "trono" que ocupó por 39 semanas ininterrumpidas y durante 428 semanas, desde que lo hizo por primera vez el 4 de julio de 2011, el serbio Novak Djokovic, obligado a abdicar por una lesión que le impidió defender su corona en Roland Garros.
"Me siento triste al anunciar mi retiro. Jugué con el corazón y di todo de mí, pero debido a una lesión en el menisco de la rodilla derecha, con mi equipo debimos adoptar esta difícil decisión", explicó Djokovic, de 37 años y único ganador de 24 títulos de Grand Slam en la rama masculina.
El reinado del campeón del Abierto de Francia en 2016, 2021 y 2023 y finalista en 2012, 2014, 2015 y 2020, llegó a su fin por causas de fuerza mayor y quien lo sucede como número uno es Sinner, 15 años menor e instalado en semifinales del segundo Grand Slam del año, donde intentará repetir su consagración en el Abierto de Australia. Sinner es el primer italiano en llegar a la cima del ranking y celebró la noticia con un triunfo por 6-2, 6-4 y 7-6 (7/3) frente al búlgaro Grigor Dimitrov (10).
Seis años, tres meses y 23 días pasaron desde que sumó su primer punto en el ranking, el 12 de febrero de 2018 ante el indio Aryan Goveas en el ITF de Sharm el-Sheikh, para instalarse en el puesto 1.592 del escalafón, y apenas 64 días tardó en escalar a la cima desde el segundo escalón, al que arribó el 1 de abril tras su consagración en el Masters 1000 de Miami.
Sin Djokovic en el horizonte (el serbio necesitaba llegar al menos a la final para retener el primer puesto), celebra Sinner, quien en una jornada histórica para el tenis italiano reconoció: "Me da mucha pena que Novak haya tenido que abandonar el torneo debido a una lesión y le deseo una pronta recuperación".
Una declaración que habla de la humildad del nuevo monarca del tenis, un jugador de bajo perfil fuera de las canchas, pero con un talento que le permitió ir quemando etapas hasta lograr el objetivo.
"Ser número uno del mundo es un sueño hecho realidad. Quiero agradecerle a mi equipo, responsable de que esto haya sido posible. Estoy feliz y quiero compartir este momento tan especial con toda Italia", agregó el tenista que hizo celebrar a todo un país, como lo hizo en noviembre, cuando con el equipo "azzurro" logró la segunda Copa Davis de la historia.
"Soñar no cuesta nada, pero debes creer siempre, incluso en los momentos difíciles", agregó Sinner, que llegó al Abierto de Francia apenas recuperado de una lesión en la cadera que lo obligó a desertar en los cuartos de final del Masters 1000 de Madrid y luego del Masters 1000 de Roma.
Las mismas razones por las que ayer sufrió, hoy le permiten celebrar porque la "desgracia" se trasladó a la vereda de Djokovic, quien demostró ser un grande ante la adversidad y le deseó "la mejor de las suertes a los jugadores que siguen en carrera".
El serbio pagó el precio del desgaste que significaron sus triunfos en cinco sets ante el italiano Lorenzo Musetti (30) y frente al argentino Francisco Cerúndolo (23), partido este último en el que recibió atención médica en el segundo parcial debido a esa dolencia en la rodilla que terminaría por sacarlo del torneo.
La resonancia magnética a la que se sometió, confirmó que tiene una lesión en el menisco, razón por la cual no jugará ante el noruego Casper Ruud (7), quien se aseguró otro de los pasajes a las semifinales, donde chocará con el vencedor del duelo entre el alemán Alexander Zverev (4) y el australiano Alex De Minaur (11).
La baja de Djokovic no sólo le allanó el camino a Ruud, finalista en las pasadas dos ediciones del Abierto de Francia, sino que consagrará a un nuevo campeón distinto del serbio y del español Rafael Nadal, quienes se alternaron la corona desde 2016 (el último ajeno a esa dupla fue el suizo Stanislas Wawrinka en 2015).
Sinner espera por el ganador del partido entre el español Carlos Alcaraz (3) y el griego Stefanos Tsitsipas (9) para conocer a su próximo rival en el torneo que lo tiene como la gran estrella, tal como se reflejó en la cantidad de cronistas a los que respondió en italiano, en inglés y hasta en alemán.
Mientras disfruta del presente, recuerda que el éxito es producto "de todos los sacrificios que hice desde que era joven y de haber tratado siempre de ser mejor cada día".
"A lo largo de mi carrera he tenido que tomar algunas decisiones que no fueron fáciles y que me obligaron a jugármela sin saber si estaba haciendo o no lo correcto", rememora Sinner, quien parece haber tomado el camino acertado.
Un camino que le permitió celebrar su quincuagésimo triunfo en un Grand Slam y lo pone en boca de todos desde que se supo del abandono de Djokovic y de su condición de nuevo número uno del mundo.
Se lo hicieron saber a los gritos los fanáticos que lo siguen a sol y a sombra (los bautizados como "Carota Boys") y sueñan con verlo reinar en Roland Garros, aunque como el propio Sinner advierte, la gloria se construye paso a paso.
El oriundo de Sesto Pusteria, localidad de la provincia de Bolzano en la región de Trentino-Alto Adigio que se vistió de fiesta, es el nuevo rey del tenis y lo celebra todo un país, que siente su consagración como propia y lo expresa con "orgullo", mientras el mundo aplaude.
"Felicitaciones Jannik", comentó la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), que le dedicó un cálido mensaje en el que reiteró lo publicado hace algún tiempo cuando afirmaba: "Este chico se convertirá en número uno del mundo", acompañado de una galería de fotografías que repasan su carrera desde sus inicios.
"El trono del tenis mundial era uno de los desafíos de esta edición de Roland Garros", destacó el diario deportivo francés "L'Equipe", al recordar que Sinner será el vigésimo noveno número uno del ranking de la historia.
"Sinner es por sobre todo y más allá de ser el número uno del tenis, una persona especial", consideró el ministro de Deportes y Juventud de Italia, Andrea Abodi, quien como otros funcionarios del gobierno saludó la gesta del tenista y destacó esa personalidad que lo diferencia del resto.
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