Los fanáticos de Juventus, explicó el Tribunal de Milán, fueron absueltos en la víspera "porque el hecho prescribió" tras la acusación que se fundamenta en el artículo 2 de la ley Mancino del 93, que castiga la "discriminación" y los "delitos de odio".
Estos dos simpatizantes fueron los únicos dos identificados por la fiscalía de Milán dentro de un grupo de "tifosi" de Juventus que realizaron el saludo romano y entonaron el canto fascista "No me importa" antes del partido contra Milan.
Como refirió la defensa, a cargo de los abogados Giuseppe Spinelli y Alan Felice, se trata de una de las primeras sentencias tras la publicación de las motivaciones, en abril pasado, de la sentencia de Casación por Secciones unidas sobre el saludo romano.
Los dos simpatizantes, de 23 y 42 años, ;;fueron acusados ;;de haber realizado "manifestaciones exteriores y habituales de organizaciones, asociaciones, movimientos y grupos de ideología fascista".
Pero Spinelli y Felice demostraron durante el juicio que "a la luz del principio desarrollado por el Tribunal Supremo" en este caso faltan "elementos de los que pueda deducirse un peligro concreto de reorganización del partido fascista", como se solicita en las motivaciones del veredicto de la Corte Suprema.
Se puede afirmar, agregó la defensa, que "las personas reunidas en el aparcamiento eran simples aficionados al fútbol, ;;presentes para presenciar el partido" y "ciertamente no se reunieron por motivos políticos y/o conmemorativos del disuelto partido fascista".
Spinelli y Felice remarcaron además que los simpatizantes ni siquiera tuvieron "conductas encaminadas a la incitación, la discriminación o la violencia por motivos raciales, étnicos, nacionales o religiosos", como prevé la ley Mancino, impugnada en el caso de los saludos romanos, así como la ley Scelba de 1952.
La defensa citó el fallo del Tribunal Supremo, que estableció que la "llamada del presente" y el saludo romano constituyen el delito de manifestación fascista previsto en la ley Scelba si, "teniendo en cuenta las circunstancias del caso", resulta adecuado "invocar el peligro concreto de una reorganización del partido fascista disuelto".
Una conducta que, según el Tribunal de Casación, también puede constituir una violación de la Ley Mancino si "teniendo en cuenta el contexto fáctico global significativo, la misma expresa una manifestación específica o habitual de organizaciones, asociaciones, movimientos o grupos" que inciten a la discriminación racial, étnica o religiosa.
Sin embargo, Spinelli y Felice enfatizaron que el cántico "acusado" duró "aproximadamente ocho segundos, fue entonado, como lo demuestran las imágenes del vídeo, por muy pocas personas y luego fue interrumpido por los propios aficionados, y luego nunca más se reanudó".
La defensa remarcó además que tampoco había "banderas o pancartas que representaran símbolos nazifascistas o que discriminaran de alguna manera a las minorías étnicas y/o religiosas".
Además, ese grito de "No me importa" no estaba "dirigido contra algún oponente político o deportivo y ciertamente no causaba ningún peligro para el orden público".
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