El tribunal de la Federación Italiana de Voleibol (FIPAV) sancionó con seis años de suspensión al entrenador de un equipo femenino del Pistoiese acusado de haber espiado a sus jugadoras con una cámara oculta en los vestuarios.
El nombre del castigado, que no podrá ejercer ninguna función vinculada con este deporte durante ese período, no fue dado a conocer, pero sí se supo que fue descubierto por sus dirigidas, que detectaron la presencia de la cámara en febrero, oculta, envuelta en papel higiénico y activada para grabar las imágenes.
La justicia deportiva consideró al anunciar la sanción que "los hechos no fueron desmentidos por el propio inculpado y resultan plenamente probados pro las denuncias elevadas por las atletas a las autoridades y por los testimonios aportados por las mismas".
El dueño de la cámara admitió que era suya y en su descargo adujo que la había dejado cargándose, mientras que las deportistas, al detectarla, alertaron a los dirigentes y llamaron a la policía, que procedió a confiscarla, junto con el teléfono celular y la computadora del entrenador.
Las versiones aportadas por el acusado "resultan contradictorias, pues según el informe de la policía primero dijo que la cámara había sido robada y luego que la había dejado cargándose en el vestuario".
El tribunal deportivo consideró que "si bien no existen pruebas que las imágenes filmadas hayan sido difundidas, el hecho constituye una grave falta disciplinaria, moral, ética y deportiva que atenta contra la credibilidad y la transparencia de este deporte".
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