Torino igualó sin goles frente a Juventus y sigue sin poder cantar victoria en el "Derby della Mole", que ganó por última vez en abril de 2015, único triunfo que celebró en 38 clásicos disputados en los últimos 29 años.
    Tampoco el técnico croata Ivan Juric, expulsado por protestar sobre el final del partido, pudo sacarse esa espina y sigue sin celebrar ante la "Vecchia Signora" desde que tomó las riendas del "granate", que hoy no logró prevalecer en un duelo disputado frente a unos 28 mil aficionados.
    Como consuelo le queda que su colega Massimiliano Allegri (que entrenaba a aquel plantel que sufrió su última derrota en el derby en 2015) no pudo celebrar un decimocuarto triunfo ante Torino que lo hubiese convertido en el DT más ganador de este clásico (está igualado con Giovanni Trapattoni).
    Pudo haber sido triunfo de Juventus en un duelo muy equilibrado, de no ser porque el serbio Dusan Vlahovic (autor del gol del triunfo cuando chocaron el 15 de octubre por la primera rueda) dilapidó la más clara del partido al estrellar su remate en el poste habilitado por Federico Chiesa sólo frente al arco de su compatriota Vanja Milinkovic-Savic, quien luego volvería a frustrarlo.
    Pudo ser para Torino también, que llegó en un par de ocasiones y tuvo una clara en el cuarto minuto adicionado por el árbitro Fabio Maresca, cuando el austríaco Valentino Lazaro desvió por centímetros un cabezazo frente a la valla defendida por el polaco Wojciech Szczesny.
    Pero no hubo muchas más emociones en un clásico en el que se impusieron los defensores por sobre los delanteros, rubro en el que Juric apostó por el colombiano Duván Zapata, goleador del equipo con 12 festejos, y por el paraguayo Antonio Sanabria finalmente desde el primer minuto.
    Tampoco estuvo fino hoy Vlahovic, artillero de Juventus con 15 goles en el torneo y acompañado por el incansable Chiesa en la ofensiva, mientras los brasileños Gleison Bremer y Danilo comandaban la defensa de Juventus, que en la fecha anterior había vuelto al triunfo frente a Fiorentina tras dos derrotas y otros dos empates.
    El punto quizás le sirvió más al visitante, pues el punto le permite asegurar por el momento el tercer puesto dado que llegó a 63 unidades y ahora le lleva cinco de ventaja a un Bologna que cerraba la jornada de adelantos a continuación en el Renato Dall'Ara frente al Monza.
    Torino, además de quedarse con las ganas de celebrar en el clásico, sumó uno que lo mantiene en el noveno puesto con 45 puntos, dos por delante de una Fiorentina que lo superará si derrota como local al Genoa el lunes y a tres de un Monza que lo alcanzaría si derrota al sorprendente Bologna.
    Lo más caliente del derby no se vivió dentro de la cancha sino fuera del colmado Estadio Olímpico Gran Torino, cuyo nombre rinde homenaje a aquel plantel histórico devastado por una tragedia aérea ocurrida en 1949, cuando el avión que lo trasladaba de regreso desde Portugal se estrelló en las colinas de Superga.
    En ese lugar "sagrado" para los fanáticos "granates", una facción histórica de los ultras de Juventus (los "Drughi"), desplegó banderas en las escalinatas de la Basílica de Superga que decían: "La verdadera historia de Turín somos nosotros" y el "Mata Toro", gesto que mereció la condena de los dirigentes del propio club.
    "La falta de respeto hacia los lugares de la memoria histórica y los insultos gratuitos son afrentas que condenamos y no necesitamos comentar, porque se comentan por sí solas", afirmó Juventus en un mensaje publicado en su cuenta oficial de la red social X (ex Twitter).
    Una tensión que por suerte no se trasladó luego al estadio en un clásico en el que la "Vecchia Signora" arrancó mejor y generó la primera jugada de riesgo del partido con esa trepada de Chiesa a los 7' que Vlahovic desperdició al rematar al poste.
    Fue apenas un "espejismo" y hubo que esperar a que el reloj superase la media hora de juego para que el mismo delantero serbio volviera a llegar con peligro, esta vez con un disparo que logró conjurar Milinkovic-Savic para evitar la caída de su valla.
    El equipo local, en tanto, se fue al descanso sin haber generado una sola situación de riesgo y sin remates al arco, salvo por uno desviado del croata Nikola Vlasic asistido por Raoul Bellanova, demasiado poco como para soñar con darle una alegría a sus aficionados.
    Ninguno de los dos entrenadores realizó variantes en el entretiempo a pesar de lo poco que ofrecieron en el primer capítulo, pero al menos en el complemento Zapata llegó al gol, que todavía festejaban los hinchas del Torino cuando Maresca lo invalidó a instancias del VAR por una falta previa de Bellanova sobre el serbio Filip Kostic.
    Un cabezazo de Sanabria que conjuró Szczesny refrendó esa mayor vocación ofensiva del "granate" en el segundo período y obligó a Allegri a ensayar variantes para revitalizar el juego en el mediocampo, decisión que estuvo cerca de rendir frutos pues el turco Kenan Yildiz, ingresado por Chiesa a los 64' volvió a poner a prueba los reflejos de Milinkovic-Savic.
    Juric también realizó modificaciones y mandó al ruedo al nigeriano David Okerere por Sanabria a los 77' y a Lazaro por el kosovar Mergim Vojvoda, mientras Allegri hacía lo propio y mandaba al ruedo a Moise Kean por Vlahovic y al brasileño Alex Sandro por Federico Gatti (el argentino Carlos Alcaraz ingresó en tiempo adicionado).
    Lazaro sería protagonista de esa última situación que generó Torino como para volver a cantar victoria en el clásico, pero su cabezazo no tuvo destino de gol y el partido sólo ofreció como última emoción la expulsión de un exaltado Juric en tiempo de descuento, sentenciando un cero a cero que califica en cierta medida lo ocurrido en cancha.
   

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