El análisis de los teléfonos y las tablets comenzó en la víspera, trece días después del allanamiento a la sede del club rojinegro ordenado por la fiscalía de Milán en una investigación que involucra al administrador delegado del Milan, Giorgio Furlani, y a su antecesor, el sudafricano Ivan Gazidis.
La fiscalía de Milán envió la documentación a su par de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), a la cual, según la investigación, Furlani y Gazidis ocultaron información sobre la venta del club de Elliott a RedBird.
La defensa de los sospechosos decidió no recurrir a la Revisión contra los registros e incautaciones.
Furlani y Gazidis están investigados con dos personas de Luxemburgo, Daniela Italia y Jean Marc Mclean, administradores de la empresa de ese país Project Redblack y de quienes sospechan también de haber obstaculizado la función de vigilancia de la FIGC.
Una vez finalizado la realización de la copia forense de los dispositivos, comenzará el análisis de la información para revisar los correos electrónicos y los mensajes intercambiados además de otros documentos de la operación.
La fiscalía de Milán decidió ordenar el allanamiento a la sede del Milan tras encontrar en diciembre pasado un documento sobre los posibles nuevos socios árabes del club rojinegro para confirmar la realidad del actual propietario de la entidad.
La investigación busca determinar si Elliott mantiene el control del Milan y sólo realizó una simulación de venta del club para ganar mucho con los intereses cobrados por el dinero prestado para esa compra al mismo "comprador", como con un posible "recapitalización" de la entidad, es decir, la entrada de nuevos inversores con capital fresco.
En tal sentido, se busca determinar si la venta se llevó a cabo a cambio de los 1.200 millones de euros anunciados, pues la prensa italiana reportó entonces que el valor estimado del club era de 700 millones de euros.
Otro punto de la investigación es el conflicto de intereses de parte de Elliott, también propietario del club francés Lille, lo cual viola el reglamento de la UEFA respecto del control de dos entidades que compiten en los mismos torneos organizados por la entidad continental.
La hipótesis es que la supuesta venta simulada fue utilizada para gestionar al mismo tiempo al Milan y al Lille, al cual, según los documentos obtenidos en el allanamiento, Elliott controla mediante una "deuda" de 170 millones de euros con la sociedad Callisto, propietaria de las acciones del club francés.
De esta manera, gracias a una "financiación" de casi 600 millones de euros y en beneficio de RedBird, el fondo Elliott mantuvo, según la fiscalía de Milán, el control del club italiano, que aseguró mediante un comunicado ser ajeno a la investigación al igual que su presidente Paolo Scaroni.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA