"No es fácil escribir siendo lúcida y educada, no es fácil permanecer equilibrada y serena. No es nada fácil, pero tengo que serlo para no ser abrumada y tragada por esta tormenta de odio", se lee en la carta publicada por Faggiano.
"No quiero hablar de arbitraje, no me interesa hablar de fútbol y de futbolistas, pero no puedo hablar de deporte porque ya no es deporte: en el deporte no hay lugar para el odio y la violencia", lamentó la esposa de Di Bello.
"En cambio, van dos días, y quién sabe cuántos más seguirán, que se refieren las maldades y hostilidades más indescriptibles contra un hombre", agregó Faggiano dos días después del triunfo del Milan ante Lazio, que sufrió tres expulsados en el partido disputado en el estadio Olímpico de Roma.
Las palabras de Faggiano parecen tener como destinatario, entre otros, a Claudio Lotito, pues el presidente de Lazio cuestionó enfáticamente la tarea de Di Bello en el partido.
"Es un furor mediático y social sin precedentes. Vivimos en una época histórica donde la violencia y los abusos son condenados y distanciados, pero somos capaces de odiar, denigrar, ofender, maltratar e insultar a los demás", manifestó Faggiano.
Asimismo, la esposa de Di Bello resaltó que "no estoy aquí para defender a Marco, ya que él es capaz de hacerlo solo".
"Estoy aquí para estar a su lado, para poder aligerar la carga emocional que ha sufrido. Estoy aquí para recordar que detrás de un uniforme, fuera de la cancha, lejos de las cámaras, hay un hombre", enfatizó Faggiano.
"Hay sacrificios, compromisos, dedicación, renuncias, sueños, éxitos y derrotas. Está Marco Di Bello, está su fuerza, su dignidad y mucho más que nada ni nadie podrá borrar jamás", completa la misiva.
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