Las protestas efectuadas por los aficionados de varios equipos del fútbol alemán, no sólo de primera división, contra el desembarco de inversores privados extranjeros, finalmente rindieron frutos.
Hoy, la Liga de fútbol de ese país (DFL) confirmó que quedó descartado el proyecto de colaboración con capitales foráneos, tras una decisión unánime adoptada en el seno de su Comité Ejecutivo.
El proyecto contemplaba la cesión de parte de los derechos de transmisión televisivos a cambio de una cifra cercana a los mil millones de euros, entre otras cosas.
Pero la resistencia de los aficionados pudo más y el plan naufragó por la presión de los fanáticos, que desde hace algunas fechas realizan ingeniosas protestas en distintos estadios, no sólo de la Bundesliga.
El pasado fin de semana, varios partidos debieron postergar su inicio porque los simpatizantes arrojaron al campo de juego pelotitas de tenis y monedas de chocolate, en tanto que otros optaron por el ingreso de vehículos a control remoto.
Escenas que se replicaron en los duelos Colonia-Werder Bremen, Wolfsburgo-Borussia Dortmund, Hoffenheim-Union Berlín y Darmstad-Stuttgart por el campeonato de primera división, así como en el que sostuvieron Hansa Rostock y Hamburgo en el torneo de ascenso.
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