La atleta sudafricana Caster Semenya pidió ayuda para financiar la batalla legal que sostiene contra la prohibición que le impide competir en varias pruebas debido a sus altos niveles de testosterona.
"No me alcanzan los fondos porque son muchos los expertos a los que les tengo que pagar", confesó la campeona olímpica de los 800 metros en los Juegos de Londres 2012 y Río 2016 durante una conferencia de prensa que brindó en Johannesburgo.
Semenya, de 33 años, hizo un llamado a la solidaridad de cara a la audiencia que se celebrará en la Corte Europea de los Derechos Humanos el 15 de mayo y cuyo costo para la atleta se elevaría a unos 170 mil euros, según informaron sus abogados.
"Cualquiera sea tu aporte, será bienvenido y hará una gran diferencia", afirmó la sudafricana, quien se vio impedida de competir en pruebas que habitualmente domina por negarse a someterse a un tratamiento que reduciría sus niveles de testosterona.
Hoy, el factor económico se suma al calvario que atraviesa desde hace años y que comenzó cuando sus propias colegas pusieron en duda su género porque padece hiperandrogenismo.
La Gran Sala de la Corte Europea de los Derechos Humanos aceptó en noviembre examinar el caso de la atleta, en favor de la cual ese tribunal se había pronunciado en julio en la demanda que presentó por discriminación contra la justicia suiza, respaldada por la federación internacional (World Athletics, ex Iaaf).
La decisión de esa instancia de apelaciones es definitiva y de allí la importancia que la audiencia del 15 de mayo tiene para Semenya, quien en primera instancia se vio favorecido por un fallo que contó con el respaldo de cuatro de los siete magistrados que integran esa Corte, pero que no obliga a World Athletics a modificar su reglamento.
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