"Estaban con amigos festejando y no quise perturbar la fiesta", reveló Sinner sobre el llamado a sus padres tras la victoria en la final del primer Grand Slam de la temporada.
Efectivamente, la prensa relató que Siglinde y Hanspeter recibieron la visita de amigos y vecinos del pequeño pueblo de 1.900 almas situado en el corazón de los Dolomitas.
Justamente esos mismos amigos y vecinos custodian la casa de los Sinner, una pensión familiar que está situada en pleno pueblo y es de libre acceso desde la carretera, sin barreras ni puertas.
Durante muchos años Hanspeter y Siglinde trabajaron codo a codo en el refugio Fondovalle en Val Fiscalina como cocinero y camarera, respectivamente.
Fue a través de un llamado de ANSA que Hanspeter y Siglinde se enteraron en el otoño boreal de 2019 que Sinner había ingresado al "top 100" del escalafón masculino.
"El ranking nunca le interesó, Jannik siempre dice que primero debe aprender a jugar bien al tenis", comentó entonces Hanspeter, que con Siglinde adoptaron a Mark, tres años mayor que Jannik.
Los hermanos son muy unidos y cuando pueden esquían juntos. Mark es instructor en la escuela de bomberos de Vilipiano, en las afueras de Bolzano, adonde Jannik lo visitó al inicio de 2024.
"El niño sigue siendo uno de nosotros y su familia también es muy normal y sensata. Sus padres le han transmitido los valores que cuentan en la vida", destacó en tanto el alcalde de Sesto Pusteria, Thomas Summerer.
"Organizaremos una fiesta cuando Jannik pase por Sesto, pero aún no sabemos cuándo ni cómo. Estamos en estrecho contacto con la familia y su personal", agregó Summerer, quien explicó que el festejo por el triunfo de Sinner fue medido por el funeral de la vecina Monika y de sus dos hijos, fallecidos en un choque frontal.
"Todavía queremos honrar de alguna manera la increíble hazaña de Jannik", competó Summerer.
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