Una intervención supuso el derribo del muro que discurre en el tramo final de la recta principal y el ensanchamiento de la franja de césped que la separa de la franja asfáltica.
La petición procedía de los organizadores de MotoGP, que incluso habían considerado la posibilidad de aplanar el pequeño bache al final de la recta, una ligera diferencia de altura que, con el continuo aumento de las velocidades máximas en MotoGP, puede actuar como un trampolín.
Este año la KTM del sudafricano Brad Binder estableció el récord de todos los trazados del Mundial en el circuito de Mugello, en este punto concreto, alcanzando los 366,1 kilómetros por hora.
Sin embargo, ante la imposibilidad de una modificación estructural tan significativa, se decidió ampliar la vía de escape paralela a la pista con sede en Scarperia, norte de Italia.
Para realizar esta intervención se utilizó una vía de servicio que luego se rehará desde cero aprovechando parte de un cerro que delimita la vía.
Paralelamente a estas obras, en las curvas de Poggio Secco, Arrabbiata 2 y Palagio, se sustituyeron los bordillos por los de última generación homologados por las federaciones internacionales de automóviles y motos (FIA y FIM), que son ligeramente más altos.
Además, en la entrada de la curva Arrabbiata 1, se creó una zona asfaltada con un aumento de las vías de evacuación hasta un total de 1.500 metros cuadrados.
"La seguridad de una pista no es algo estático. Al contrario, es un desafío continuo en la búsqueda de soluciones para reducir ese riesgo mínimo que, aunque residual, inevitablemente todavía existe en la práctica del automovilismo", afirmó el director del Autódromo de Mugello, Paolo Poli.
"Los continuos estudios y las importantes inversiones que hemos destinado tienen como objetivo elevar aún más los ya muy altos estándares de Mugello con el objetivo de permitir a todos los corredores que lo frecuentan (profesionales y no) expresar su pasión en una sede siempre vanguardista en seguridad y referente internacional", completó Poli.
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