Valió la pena la espera, pensará seguramente el ruso Daniil Medvedev, quien después de varias interrupciones por lluvia logró concretar su victoria frente al griego Stefanos Tsitsipas y avanzó a la final del Masters 1000 de Roma.
Un torneo en el que en sus tres participaciones previas no había ganado siquiera un partido y que ahora lo encuentra en la definición luego de imponerse por 7-5 y 7-5 al cabo de una hora y 47 minutos de juego.
Para Medvedev las cosas parecen ser a todo o nada y ahora buscará revancha en el Foro Itálico ante el juvenil danés Holger Rune, que lo derrotó la única vez que se enfrentaron, este año en cuartos de final de otro Masters 1000, en Montecarlo.
Rune, que sumó su único título este año en Munich sobre polvo de ladrillo, cosechó cuatro en su carrera, uno de los cuales en París del año pasado, por lo que mañana buscará su segunda corona en un Masters 1000 tras eliminar en semifinales al noruego Casper Ruud, cuarto del escalafón mundial, por 6-7 (2/7), 6-4 y 6-2 al cabo de dos horas y 43 minutos.
A partir del lunes, Medvedev escalará al segundo puesto del ranking ATP en el que el español Carlos Alcaraz (eliminado en tercer ronda en Roma) trepará a la cima y el serbio Novak Djokovic (eliminado por Rune en cuartos de final) caerá al tercer escalón del podio.
El ruso, de 27 años y quien no es amante del polvo de ladrillo, tendrá la oportunidad de "amigarse" con esta superficie en busca de su quinta corona del año, tras las que ganó en Rotterdam, Doha, Dubai y en el Masters 1000 de Miami, todas en canchas rápidas.
Si lo lográ, será su vigésima consagración en el circuito que hoy lo vio ganar un partido que igualaba en cuatro en el primer set con Tsitsipas cuando la lluvia volvió a irrumpir y obligó a parar las acciones durante casi cinco horas.
"Disfruté jugando hoy. Fue difícil con las interrupciones por la lluvia porque tuve que calentar como seis o siete veces y eso puede desanimarte o enojarte, pero no se por qué preferí tomármelo con humor", confesó el vencedor.
"En realidad nos reímos con mi entrenador porque fueron varios los momentos en los que sentíamos que estábamos listos para comenzar y llegaba un mensaje que decía: La lluvia es más fuerte, pero supimos manejar también esta situación", agregó.
Tras sumar su trigésimo octava victoria de la temporada, la octava en 12 duelos frente a Tsitsipas, Medvedev lucía en realidad más relajado y preparado para la gran definición de mañana, si el clima lo permite, claro.
Enfrente estará un Rune que venía de eliminar a Djokovic y que hoy dio cuenta de Ruud en un partido que también se inició con retraso por efecto de la lluvia, una constante en esta edición del torneo.
Para el danés fue la vigésimo séptima victoria de la temporada y la primera en cinco enfrentamientos con Ruud, que lo había derrotado dos veces en Montecarlo, una en Bastad y otra en Roland Garros, todas ellas también sobre polvo de ladrillo.
Consultado sobre cuál fue la clave para torcer esta tendencia después de haber cedido el primer set, confesó: "Salí a jugar en el segundo sabiendo que no tenía nada que perder".
"Me dije a mí mismo: disfruta y diviértete porque podría ser tu último set aquí", agregó al explicar que jugó ese parcial con "más agresividad y más suelo y esa fue la llave que me permitió seguir en partido".
"Creo que en Roma jugué mi mejor tenis en los últimos dos partidos, frente a Novak y hoy frente a Casper. Son dos jugadores difíciles que me obligaron a dar lo mejor hasta el final", completó.
El danés debió aclarar por qué pidió asistencia médica también hoy: "No es un recurso para enfriar el partido, si llamo al médico es porque siento algún dolor. Si es algo que está permitido por reglamento, no veo por qué no podría aprovecharlo", aseguró.
En lo que hace a su victoria frente a Ruud, comentó: "Casper es muy fuerte y no había podido derrotarlo hasta hoy. Por eso, debí apelar a lo mejor de mí para lograrlo".
"Me gusta jugar en Italia porque el público es muy apasionado y se hace sentir", completó Rune, que se respaldará mañana en su récord positivo frente a los mejores cinco del circuito.
El duelo entre Rune y Ruud fue el primer choque escandinavo en una semifinal de un Masters 1000 desde que el sueco Jonas Bjorkman derrotó a su compatriota Thomas Enqvist en París, en 1997.
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