(ANSA) -El tenis y el pádel son deportes que ayudan a educar y deben practicarlos con pasión, para divertirse y divertir, sin perder el espíritu amateur", afirmó hoy el Papa Francisco al recibir en audiencia a representantes dela Federación Italiana de Tenis y Pádel (FITP).
"El amateurismo es bueno si no se pierde ese componente lúdico y por eso no debemos perder nunca ese espíritu porque cuando el deporte se practica por otros intereses, se pierde. Se pierde su belleza y su dimensión sinfónica y se convierte en un negocio", agregó el Papa durante la audiencia celebrada en el aula Paulo VI del Vaticano.
En una jornada distinta a lo acostumbrado, lejos de las canchas y los centros deportivos, las raquetas quedaron hoy sólo como testigos de la reunión con el Sumo Pontífice, que recibió a los deportistas y dirigentes de ambas disciplinas a ocho años de la última visita que realizaron a la Santa Sede.
Cerca de 6 mil personas, entre representantes de instituciones deportivas, federados, fanáticos, ex campeones y niños de 30 países estuvieron presentes, una audiencia que podría compararse a la que se espera para el lunes, cuando se ponga en marcha el Masters 1000 de Roma.
Una reunión emotiva en la durante la cual flamearon banderas de Italia, España y Argentina y hasta pudo observarse una casaca número 10 con el nombre del eterno Diego Maradona estampado, así como carteles dedicados al Papa Francisco.
Un Pontífice que "con su simplicidad es capaz de hablarle a nuestras almas", afirmó Angelo Binaghi, presidente de la FITP, según el cual las palabras de Francisco invitan y obligan a reflexionar.
En su mensaje, el Papa le recordó también a los entrenadores que su función va más allá porque también "son educadores", una frase que provocó un largo y cerrado aplauso de los asistentes, quienes luego tuvieron la oportunidad de saludarlo en persona y estrechar su mano.
Como recuerdo, la FITP le entregó a Francisco una raqueta de pádel, "una disciplina que representa un poco la metáfora de la vida y también la resiliencia y la capacidad de adaptación", según destacó un visiblemente emocionado Binaghi, acompañado por Luigi Carraro, presdente de la Federación Internacional de Pádel.
"Pasaron ocho años desde la última visita y el recuerdo sigue vivo, pero hoy, como entonces, seguimos estando emocionados", destacó Binaghi durante su discurso.
"En estos ocho años, nuestra comunidad ha crecido, enriquecida también por la incorporación del pádel, un deporte muy difundido también en su amada Argentina", agregó.
El dirigente explicó que no sólo el tenis y el pádel, sino también el squash y el tenis de mesa encarnan la universalidad del deporte y los valores humanos que representan, como el respeto a las reglas y la solidaridad con el rival y el distinto que hace que quienes lo practican sean personas espirutualmente sana".
El Papa, a su vez, recordó que "el deporte es formativo y que un buen jugador no es sólo aquel que sabe atacar y tomar riesgos, sino también el que sabe defenderse, porque defenderse, por así decirlo, también es un modo de atacar".
"Los jóvenes deben sentirse libres, pero no abandonados. Los padres y educadores que para protegerlos pretenden evitarle cualquier imprevisto o resolver todos sus problemas, en realidad no los ayudan a crecer", destacó.
"Deben entrenarlos para que no se rindan y para que intenten responder esos tiros que parecen inalcanzables, pero que, con prontitud y agilidad, se puede recuperar sorprendiendo al rival que no se lo esperaba", graficó.
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