El regreso de los campeones

Nápoles quiere que la fiesta no se termine nunca

Los fanáticos del Napoli esperaron por el plantel, pero no pudieron verlo (foto: ANSA)
Los fanáticos del Napoli esperaron por el plantel, pero no pudieron verlo (foto: ANSA)

   (ANSA) - NAPOLES, 5 MAY - Los flamantes campeones de Italia regresaron a casa, pero el contacto con los de aficionados del Napoli deberá esperar, al menos por unos días.
    El equipo de Luciano Spalletti aterrizó en el aeropuerto militar de Grazzanise, provincia de Caserta, tras arribar desde Udine, escenario de la consagración anticipada.
    Lo esperaban cientos de fanáticos con fuegos artificiales y banderas, pero no pudieron ver de cerca a los jugadores que concretaron un milagro por el que esperaron durante 33 años.
    El goleador nigeriano Victor Osimhen, uno de los artífices de la coronación y autor del gol ante Udinese que aseguró la corona, se alejó junto con sus compañeros, casi en silencio y a bordo de distintos automóviles rumbo a sus hogares.
    Se decía que se trasladarían a Castel Volturno, sede de la concentración del Napoli, donde aguardaba otra multitud ansiosa.
    Varias generaciones se congregaron allí, donde coincidieron aquellos que fueron testigos de los primeros dos históricos "scudettos" logrados en los tiempos de Diego Maradona y quienes aún no habían nacido y hoy ven a Napoli campeón por primera vez.
    "El primer scudetto fue el más lindo, pero este es una especie de liberación después de 33 años de espera", resumió Giuseppe, napolitano de 70 años.
    "Cuando empezó el campeonato no tenía confianza, pero después de los primeros partidos comprendí que podíamos ilusionarnos.
    Spalletti hizo un gran trabajo y formó una verdadera familia con los jugadores. Eso es lo que más me emociona", agrega.
    Maria, casertana de 30 años y fanática del Napoli desde la cuna, confiesa que sintió que el "scudetto" era posible "cuando Osimhen le convirtió ese golazo a la Roma en octubre".
    Para Mariano, de 39 años, y su hijo Ciro se trata del primer festejo, a diferencia de Enzo y Giovanni, padre a hijo de los cuales sólo el primero disfrutó de aquellos "scudettos".
    "Este me emociona más porque puedo compartirlo con mi hijo", asegura Enzo mientras Giovanni lo abraza y dice sentir "una alegría que sólo sentí, aunque con menor intensidad, cuando le ganamos 5-1 a Juventus en enero", aclara como para que no queden dudas de cuál es el "enemigo".
    Los presentes en Castel Volturno, algunos de los cuales confesaron haber faltado al trabajo después de un festejo que aún continúa, tampoco tuvieron suerte.
    Todos se marcharon con un sabor agridulce después de que uno de los encargados del lugar permitió el acceso de una de los aficionados para que comprobase por sus propios medios que adentro no había nadie.
    "Muchachos, vámonos, el centro está vacío", le confirmaba al resto que se alejaba prometiendo: "Volveremos", como muchos de ellos lo harán el domingo en el estadio Maradona, donde Napoli recibirá a Fiorentina con entradas agotadas desde hace tiempo.
    El "scudetto" ya es de Napoli y de todos los napolitanos o no que celebraron con una fiesta interminable que tuvo su epicentro en una Nápoles que no parece haber dormido y por la que aún circulan muchísimas personas, especialmente en el centro histórico, desborado de turistas que quisieron sumarse a la alegría.
    Desde Fuorigrotta hasta Scampia, las banderas desplegadas en los se multiplican. La mayoría de los transeúntes camina enfundado en la casaca del Napoli, mientras en via Toledo un sosías de Maradona hace malabares con una pelota emulando al "Pibe de Oro", en la Sanitá el pastelero del barrio ofrece una torta tricolor y en la Pignasecca, en el corazón de Nápoles, el "tik toker" Donato De Caprio, sirve bocaditos de color "azzurro", como la casaca del Napoli.
    En Faibano, cerca de Nápoles, el párroco hizo sonar la campana como convocando a misa y la s monjas capuchinas subieron a una página de Facebook imágenes que las muestran celebrando también.
    Hasta los semáforos se sumaron al festejo, pues la empresa encargada de instalarlos colocó uno en el centro de la ciudad que alterna los colores de la bandera italiana con el ázul de la casaca del Napoli.
    Todo parece posible hoy con "D10s" rondando por Nápoles y en las redes sociales. En el perfil de Maradona en Instagram que manejan sus hijas Dalma y Giannina apareció otro mensaje hoy que decía: "Gracias muchachos", junto a un fotomontaje que lo muestra recorriendo las calles de la ciudad vestida de fiesta.
    Seguramente se distrajo con los festejos que sólo en las plazas de Trieste y Trento y del Plebiscito convocaron a 20 mil personas, puesto que la celebración no estuvo exenta de incidentes.
    Una joven fue hospitalizada en grave estado tras ser atropellada en Via Pio XII y otro aficionado que vivía en Austria y concurrió al partido con Udinese en el Dacia Arena, falleció de un infarto cerca de una estación de trenes en Friuli, víctima quizás de una emoción que no logró soportar su corazón.
    El balance de los centros médicos de Nápoles indica que al menos 203 personas fueron atentidas, entre ellas tres policías que presentaban heridas leves después de ser atacados.
    Episodios de intolerancia se registraron también en Varese, donde algunos no soportaron el festejo de otros festejen y agredieron a un grupo de jóvenes que celebraba, mientras que un fanático del Napoli que se movilizaba junto con sus hijos recibió un botellazo que se estrelló contra su vehículo.
    En Roma, en Plaza Bologna, un grupo de personas con el rostro cubierto atacó a fanáticos del Napoli, uno de los cuales, de 24 años, recibió un golpe con un objeto contundente en la cabeza y debió ser internado, aunque está fuera de peligro.
    Vincenzo De Luca, presidente de la Junta regional de la Campania, felicitó a los ciudadanos de Nápoles por su comportamiento y los convocó a "seguir celebrando con inteligencia para no opacar los festejos".
    De Luca también felicitó al plantel, al entrenador Spalletti y a quien "imaginó este equipo", en alusión a los colaboradores del presidente del Napoli, Aurelio De Laurentiis, que compró el club cuando estaba en quiebra y lo llevó de vuelta a la gloria.
    "Se inicia una nueva era y esperamos celebrar algún día también en la Champions League, si los árbitros no nos frenan", destacó el empresario cinematográfico con su estilo incisivo destacando que no será tarea fácil porque "así es el fútbol, así es la UEFA y así es el mundo".
    El abrazo con el plantel, que evitó prepararse para cualquier festejo posiblemente por superstición después de lo ocurrido con Salernitana, deberá esperar hasta el domingo, cuando el Maradona desate la celebración que esperó por más de tres décadas.
    (ANSA).