Un cerrado aplauso, que acompañó el ingreso y el egreso del féretro con los restos de la voleibolista italiana Julia Ituma, quebró hoy el silencio que circundó el funeral de la joven de 18 años en la iglesia San Filippo Neri, de Milán.
Un silencio respetuoso y sentido que se sumó al dolor, al llanto y a una pregunta que aún busca respuesta: ¿Por qué?, completaron la escena en el último adiós a la deportista fallecida el jueves en Estambul al caer desde el sexto piso del hotel en el que se alojaba tras haber disputado un partido por Champions League.
Una multitud se congregó para abrazar a una familia desconsolada reunida en torno al féretro decorado con rosas blancas entre muchas otras coronas de flores.
Elisabeth, madre de la joven, sus hermanos Vanessa y Daniel y algunos primos contaron con la contención de ex compañeras, dirigentes y autoridades regionales y nacionales, entre ellas el ministro de Deportes y Juventud italiano, Andrea Abodi.
"No sientan vergüenza de temerle a la oscuridad, pues el miedo está en la oscuridad. Sólo cuando se arroja luz, estalla la verdad", afirmó el obispo Ivan Bellini, párroco de San Filippo Neri, que apeló a una frase del Papa Francisco en tiempos de pandemia.
La muerte prematura de Ituma apunta a la hipótesis de un suicidio, dio lugar a una investigación de la policía turca y resulta "un enigma incomprensible", a decir del arzobispo de Milán, Mario Delpini.
"Preguntas, angustias y sentimientos de culpa se agolpan, acompañados de recuerdos felices, en este momento de agonía. Un enigma incomprensible", agregó.
"Ahora compartes la gloria del Señor", completó Delpini en su mensaje que se sumó al de la parroquia San Filippo Neri, que rezaba: "Julia, nuestra hija, hermana, amiga... gracias por todo lo que representaste para nosotros".
Considerada como una de las grandes promesas del voleibol italiano, Julia defendía los colores del Igor Novara, que también la recordó con un mensaje en el que le agradeció y prometió "estar cerca tuyo por siempre".
"Queremos agradecer también a quienes mostraron su afecto y cercanía en estos días tan dolorosos y, por sobre todo, a quienes concurrieron hoy a darle el último adiós a Julia", destaca la nota.
Entre quienes recordaron a "Titu", tal el apodo de la voleibolista, se destacó Alexis Elías Malavazanos, amigo de la familia, docente e investigador que destacó que la deportista contaba con "una inteligencia poco común, efectuaba preguntas sorprendentes y nunca parecía satisfecha".
"Tenía todas las características de una verdadera investigadora y estaba preparando su ingreso a la universidad porque estaba interesada en el estudio del campo de la nutrición", afirmó.
Con la voz entrecortada por la emoción, Malavazanos no dudó en afirmar que Julia era "una genia" y "una persona con un deseo enorme por aprender".
En el plano deportivo, quien la recordó como "una jugadora de enorme potencial desde pequeña" fue Aurora Cannone, con quien compartió equipo en la parroquia de San Filippo Neri.
"Tengo el corazón destrozado. Todavía no lo puedo creer", afirmó al explicar que "hacía tiempo que no hablábamos, pero tengo muchos y hermosos recuerdos de ella".
La cantidad de gente que se acercó a darle el último adiós a Julia hizo que fuesen necesarios unos 50 minutos para recorrer los escasos pasos desde la primera fila de la iglesia hasta el féretro, que luego de la misa fue trasladado al cementerio de Milán para su sepultura.
Mañana por la tarde, Igor Novara volverá a salir al ruedo en Chieri por primera vez desde la muerte de Ituma para jugar los cuartos de final de los "playoff" del torneo nacional.
Max Gallo, director deportivo de Reale Mutua Fenera Chieri, equipo que será rival del Igor Novara, reconoció que no será fácil jugar después de lo sucedido.
"Todos estamos conmocionados aún por esta tragedia y ante todo queremos expresar nuestra cercanía con la familia de Julia y con sus ex compañeras. Es difícil concentrarse en lo deportivo en un momento así. Será un partido extraño en un clima surrealista", resumió.
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