Massata Diack, de 57 años, fue condenado en un juicio por corrupción vinculado al escándalo de dopaje ruso de 2011 y que tuvo como protagonista a su padre, fallecido en 2021.
Ambos fueron acusados ;;de ser simpatizantes de un sistema corrupto que encubría los casos de dopaje de deportistas rusos, permitiéndoles seguir compitiendo y participar en los Juegos de Londres 2012, a cambio de generosas donaciones.
Lanzada en 2015 por la fiscalía financiera francesa, la investigación con ramificaciones internacionales había demostrado que los Diack no sólo obtuvieron financiación ilícita de los rusos a cambio de la indulgencia de los servicios antidopaje de la IAAF, sino también intereses compartidos con los patrocinadores y estaciones de TV de Rusia con vistas al Campeonato Mundial de Atletismo de Moscú en 2013.
Massata Diack, quien estuvo a cargo del marketing de la IAAF, también fue declarado culpable de haber sustraído fondos por 15 millones de euros en contratos de patrocinio a través de una serie de empresas de fachada.
Diack, quien siempre rechazó los cargos, nunca se presentó en la corte y permaneció en Senegal, país del que asegura no puede salir porque está bajo control judicial por el mismo caso.
El Tribunal de Apelaciones también condenó al exasesor legal de Lamine Diack, Habib Cissé, a una pena condicional de tres años de prisión, una pena inferior a la solicitada por la Fiscalía General.
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