Bologna le asestó hoy una nueva estocada a Sampdoria, al derrotarla por 2-1 como visitante en uno de los adelantos de la trigésima fecha del campeonato italiano en el que el equipo genovés marcha penúltimo y las chances de mantener la categoría parecen cada vez más lejanas.
    Como para que la derrota en el Luigi Ferraris duela todavía más, el equipo del ítalo-brasileño Thiago Motta la concretó en el último minuto de un partido en el que el local desperdició un penal que pudo haber cambiado el curso de la historia.
    Roberto Soriano cumplió con la inexorable "ley del ex" al abrir el marcador a los 30' de juego con un gol que el delantero no festejó por su pasado en Sampdoria, que debió esperar hasta los 68' para celebrar el empate parcial.
    Llegó con un gol de penal convertido por el marroquí Abdelhamid Sabiri, mediocampista que logró un histórico cuarto puesto en el Mundial de Qatar con los "Leones del Atlas" que dilapidaría luego, por la misma vía, la mejor ocasión para pasar a ganar el partido.
    Sabiri no había fallado en la primera ejecución tras la falta sancionada por el árbitro Massimiliano Irrati tras una falta del colombiano John Janer Lucumí sobre Manolo Gabbiadini, pero sí lo hizo cuando dos minutos más tarde tuvo otra chance inmejorable desde los 12 pasos por una mano en el área del uruguayo Joaquín Sosa.
    Una situación que pareció mellar la moral del equipo entrenado por el serbio Dejan Stankovic, que parecía encaminado a sumar al menos un punto, como en la fecha anterior frente a Inter, cuando Riccardo Orsolini apareció en escena y decretó el 2-1 para la visita en tiempo cumplido.
    Un gol que congeló las ilusiones de los cerca de 18 mil aficionados que se dieron cita en el Ferraris, premió la búsqueda del visitante y castigó a una Sampdoria que entre semana había logrado eludir una posible sanción al abonar los salarios atrasados tras llegar a un acuerdo con su plantel y cuerpo técnico.
    La crisis del equipo genovés parece no tener fin y hoy volvió a castigarlo en un partido que ambos equipos salieron a jugar de igual a igual en busca de los tres puntos con objetivos bastante distintos.
    En el caso de Sampdoria, resultaban vitales pues cosechó apenas 11 que lo dejan hundido en el fondo de la tabla sólo por delante del colista Cremonese, único equipo que aún no ganó en el campeonato y sumó ocho unidades.
    A seis quedó Hellas Verona, que la precede en la tabla y a ocho Spezia, que también tiene un partido menos y marcha apenas por encima de los tres que descenderían si el torneo finalizase hoy.
    Bologna, en cambio, sumó tres puntos de oro que lo alejan de ese fantasma y le permiten llegar a 32, a siete de una Lazio que la precede y superando provisoriamente en la tabla a Torino y Udinese (30), a Juventus y a Monza (ambos con 29), todos con un partido menos.
    El equipo de Thiago Motta, en ese inicio a todo ritmo, mostró sus mejores armas y llegó con peligro sobre el arco del ítalo-indonesio Emil Audero comandado por un movedizo Orsolini, encargado de organizar las jugadas de ataque del visitante.
    Por eso quizás no extraño que Soriano abriera el marcador sobre la media hora de juego, tres minutos después de convertir que fue el lapso que transcurrió para que Irrati convalidase la conquista después de revisar la jugada en el VAR por una supuesta incidencia en la posición del neerlandés Jerdy Schouten cuando partió el remate.
    Sampdoria sintió el golpe, pero no pudo repetir la sólida actuación que había mostrado frente a Inter y fue Bologna el que siguió manejando el trámite del partido para irse al descanso en ventaja.
    Stankovic ensayó modificaciones tras el intervalo, mandó a la cancha al colombiano Tomás Rincón en reemplazo del colombiano Jeison Murillo, a Nicola Murru por Tommaso Augello y a Alessandro Zanoli por el neerlandés Sam Lammers tratando de darle a su equipo sangre fresca para torcer el rumbo del duelo.
    La apuesta pareció rendir frutos pues Sampdoria mostró una actitud más agresiva y un juego más intenso que tendría su premio a los 68', cuando llegó la falta en el área que Sabiri trocó por gol, pero en 120 segundos la esperanza se diluyó cuando el marroquí malogró su segunda chance de gol desde los 12 pasos.
    El arquero polaco Lukasz Skorupski le adivinó la intención y despejó no sólo su remate, sino también el rebote, situación de desmoralizó al local y pareció agrandar al visitante, que asestó la estocada letal en la agonía del duelo por intermedio de Orsolini, quien sometió a Audero con un remate a colocar que no le dio chances de evitar la caída.
    Celebra Bologna, que contó con el argentino Nicolás Domínguez hasta los 80' (cuando ingresó el chileno Gary Medel), y sufre Sampdoria, que ve cada vez más lejos la posibilidad de mantenerse en primera división, aunque todavía restan otras 15 fechas para la definición.
    "No puedo reprocharle nada a mis jugadores porque lo dieron todo. Esta derrota duele más porque tuvimos situaciones como para ponernos en ventaja", reconció Stankovic.
    "Es difícil cuando juegas permanentemente con la Espada de Damocles sobre tí, pero vamos a pelear hasta el final", prometió el serbio al reconocer que el penal malogrado por Sabiri resultó clave en el resultado.
    "En el primero que pateó, me di vuelta para no mirar, pero sí lo hice en el segundo", confesó al explicar que "errar un penal es algo que puede suceder, pero fue una lástima porque cambió la inercia del partido".
   

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