El fútbol italiano saldrá a la cancha este fin de semana buscando dar una fuerte señal de repudio contra la violencia de género, un mal enquistado en la sociedad.
Bajo el hashtag "unrossoallaviolenza" (una tarjeta roja a la violencia), el "Calcio" intentará reforzar la consciencia en la sociedad sobre este flagelo.
Por ese motivo, todos los partidos de la vigésimo tercera jornada de la Serie A que pondrán en marcha el viernes Sassuolo y el líder Napoli se teñirán de rojo.
Ese será el color predominante que lucirán en sus rostros los futbolistas y los árbitros, mientras que los capitanes de los equipos llevarán un símbolo de la jornada en sus brazaletes.
También lo harán el podio en el cual se coloca el balón antes del inicio de los duelos y el cartel que exhibe el cuarto árbitro e indica los números de los reemplazos en cancha.
El hashtag de la campaña se verá por televisión con una placa que aparecerá en el momento del sorteo previo.
"Es fundamental mantener en alto la atención sobre este dramático fenómeno cada día del año", explicó el presidente de la Liga de la Serie A, Lorenzo Casini.
"Por eso decidimos promover nuestra propia campaña fuera del contexto habitual", agregó al agradecer a "clubes, futbolistas, entrenadores y árbitros que una vez más demostraron una gran predisposición y con su ejemplo ayudan a sensibilizar a la población sobre un tema tan importante".
"Llevamos seis años con esta campaña y seguiremos reforzándola mientras exista una mujer que necesita ser defendida y a quien queremos decirle que no está sola", completó Casini.
Pero como suele decirse, el fútbol es espejo de la sociedad que lo contiene y no es ajeno a las situaciones de violencia y tampoco a las de violencia de género.
Un ejemplo reciente lo protagonizó en carne propia Alessandra Ferrante, una árbitro que recibió insultos y amenazas en el partido que dirigió el domingo pasado entre Candiolo y Bricherasio.
Un duelo correspondiente al campeonato amateur de primera categoría que los visitantes ganaron por un categórico marcador de 4-1, resultado que no fue del agrado del público anfitrión, responsable de los insultos y las amenazas a la jueza del partido.
El hecho derivó en una multa para el equipo local, la inhabilitación del estadio por una fecha y una suspensión para uno de sus dirigentes.
La justicia deportiva le aplicó una multa de 400 euros al Candiolo por el comportamiento de sus aficionados que, durante todo el partido, no dejaron de insultar y denigrar a Ferrante, a quien incluso amenazaron, "sin que los dirigentes del club hiciesen algo para poner fin a esa conducta", señala la sentencia.
Por lo visto, la sanción pareció ser bastante benevolente como no sucedió, en cambio, con el entrenador Massimo Bartoli, del club Sancat, a quien le aplicaron dos años de suspensión por haber agredido al árbitro de un partido de fútbol juvenil disputado en Florencia frente al Molinense, que se impuso por 5-2.
Bartoli, tras haber insultado y amenazado al juez durante el partido, "ingresó en el vestuario del árbitro y luego de empujarlo repetidas veces, lo arañó en el rostro causándole una herida sangrante", según informó la justicia deportiva.
"Luego, no conforme con eso, volvió a amenazarlo y le arrojó un matafuegos que no llegó a dar en el blanco", agrega el informe.
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