La justicia deportiva le dio por perdido con marcador de 3-0 a Bessica el partido que empataba 1-1 con Fossalunga y que el árbitro Mamady Cissé, oriundo de Guinea, dio por finalizado a los 87' de juego el domingo tras recibir insultos racistas de parte de la parcialidad local.
Cissé, de 35 años, cortó por lo sano e interrumpió las acciones en el duelo por la segunda categoría del fútbol amateur luego de ser insultado por haber sancionado un penal en favor del equipo visitante que decretó el empate parcial.
Tras analizar el informe del árbitro, la justicia deportiva de la Liga amateur de Veneto decidió darle por perdido el partido a Bessica por 3-0 y le aplicó una multa de 300 euros porque Cissé decretó el final del duelo en el que ya había recibido un insulto racista a los 17' de juego.
El juez oriundo de Guinea había sido respaldado por el presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), Gabriele Gravina, quien en la víspera le expresó su solidaridad y destacó la necesidad de poner fin a las agresiones contra los árbitros, al tiempo que pidió no bajar los brazos en la lucha para erradicar esta cultura de las canchas.
El próximo fin de semana, en los partidos del fútbol italiano en general, incluida la Serie A, los árbitros saldrán a la cancha con una marca roja sobre el rostro como símbolo de la campaña "una tarjeta roja contra la violencia" impulsada por Duccio Baglioni, vicepresidente de la Asociación Italiana de Arbitros (AIA) y respaldada por la FIGC.
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