A menos de una semana de cumplirse el primer aniversario de la guerra entre Rusia y Ucrania, futbolistas de equipos de ambos países protagonizaron una gresca en un hotel de Antalya, Turquía.
    Lo informó el canal ruso Rbk, luego de que funcionarios del hotel Royal Seginus confirmaran lo sucedido a la agencia Ria Novosti.
    El club ruso Shinnik Yaroslavl, de la segunda división y al que pertenecen los jugadores que protagonizaron la gresca con sus pares del ucraniano FC Minaj (de la máxima categoría), también confirmó la información.
    Lo que no está claro, amén del encono que genera el conflicto armado entre ambas naciones, son los motivos por los que estalló la riña.
    Sí se supo que cuando los jugadores de ambos equipos se cruzaron, la intervención de personal del hotel logró aplacar los ánimos e impidió, en primera instancia, que la situación se desmadrara.
    Pero momentos después, un grupo de futbolistas del club ucraniano volvió a encontrarse en un ascensor con un rival del equipo ruso y lo agredió.
    Cuando las puertas del mismo se abrieron, otros futbolistas rusos que esperaban para subirse al ascensor entraron en acción y estalló la gresca.
    Según el canal Telegram Mutko Protyev, el futbolista ruso Ilya Gruznov terminó con una costilla fracturada, mientras que su compañero Dimitry Samoilov sufrió la fractura de un dedo.
    Sergei Kulakov, director general del Shinnik, confesó en diálogo con Ria Novosti que no logra entender cómo fue que los dos equipos terminaron alojándose en el mismo hotel.
    "Habíamos efectuado las reservas en noviembre y habíamos pedido expresamente no cruzarnos con ucranianos que estuvisen alojados en el hotel para evitar cualquier problema", dijo.
    "Comprendo que esto es un negocio, pero la seguridad debería ser la prioridad", se lamentó al intentar comprender las razones de esa "convivencia forzada" con los ucranianos.
    El motivo, en realidad, radicó en la emergencia generada por el terremoto que devastó Turquía la semana pasada y que redujo drásticamente la capacidad hotelera en ese país.
    Fuentes de FC Minaj desmintieron una versión según la cual los futbolistas ucranianos obligaron a su colega ruso a entonar el himno nacional de su país cuando se cruzaron en el ascensor y lo agredieron cuando este se negó.
    Las mismas fuentes afirmaron que fue la policía la que intervino para poner fin a la gresca que, destacaron, continúo luego entre los propios futbolistas rusos cuando sus pares ucranianos ya habían regresado a sus habitaciones.
   

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