"Es una gran oportunidad y queremos tomarla para demostrar que no estamos acabados", afirmó hoy Stefano Pioli en la previa de un nuevo "Derby della Madonnina" al que Milan llega precedido por tres durísimas derrotas.
La primera de ellas la sufrió justamente frente a Inter, su rival este domingo en San Siro que le asestó el primer golpe de gracia al golearlo por 3-0 en la final de la Supercopa de Italia que se disputó en Riad el 18 de enero.
Un cachetazo del que el último campeón del "Calcio" no logró recuperarse pues luego cayó por paliza también frente a Lazio en el Olímpico (4-0) y más acá en el tiempo, en la fecha anterior del torneo, por 5-2 ante Sassuolo.
Reveses todos que se suman a los dos empates previos frente a Roma y Lecce (ambos por 2-2) y que lo alejaron de la lucha por el título que defiende, minando a su vez la moral de un plantel que hasta entonces parecía invencible.
Hoy por hoy, el único que parece no tener rivales es Napoli, que manda con 13 puntos de ventaja sobre Inter, justamente, y sobre Roma, que hoy ganó y se prende, mientras Milan quedó algo más relegado y está a 15 unidades de la cima.
Su última victoria en el campeonato la logró hace cinco jornadas como visitante de Salernitana (2-1), razón de más como para intentar recuperar la senda del triunfo en un clásico que, si lo gana, representaría una inyección anímica para un plantel desmoralizado.
"Cuando las cosas no salen bien, sólo los mediocres eluden las críticas", dijo al respecto Pioli, según el cual "en una etapa de dificultad como esta, sólo se sale con convicción y yo la tengo porque entreno a un grupo de jugadores unido y especial".
Casi una arenga la del DT "rossonero" como para levantar los ánimos en la previa asegurando que Milan no perdió ese fuego que lo llevó a reinar en el fútbol italiano en la pasada temporada: "En absoluto", respondió al respecto.
"Pero ahora debemos demostrarlo en la cancha", aclaró de inmediato, al recordar la trascendencia que tiene un clásico con tanta historia en la que "los que ganan festejan y los que pierden se callan".
"Está en nosotros invertir el orden de las cosas", aseguró al aludir previamente a las declaraciones de algunos jugadores "nerazzurri" tras la victoria en la Supercopa que -dijo- "nos tuvimos que tragar".
Pioli apuesta tanto por sus jugadores que desestima el empate como un buen resultado, aún cuando reconoce que "Inter llega mejor al partido, pero nosotros estamos obligados a ganar".
Sobre el rival, destaca que "es un equipo que genera situaciones y debemos estar muy atentos y lúcidos, más allá del corazón que mis jugadores seguramente le pondrán a este clásico".
Pioli no quiso adelantar la formación, ni el sistema con el que intentará contrastar el poderío ofensivo de Inter, que con 40 goles tiene la delantera más efectiva del torneo, sólo superada por Napoli (48).
"Cabeza y corazón", son las claves para ganar a decir de su colega Simone Inzaghi, quien sigue empecinado en lograr una continuidad que Inter aún no logra y que le impidió pelear más cerca del líder en el campeonato.
El DT "nerazzurro" confirmó la presencia de zaguero eslovaco Milan Skriniar, quien ya acordó su pase al París Saint-Germain al final de la temporada, pero al que le retiró la capitanía.
"No juzgo las elecciones de mis jugadores y él es un gran muchacho que siempre trabajó con mucha predisposición. Nos quedan un par de entrenamientos antes del clásico, pero muy probablemente será titular", comentó Inzaghi.
"Sí puedo confirmar que no será el capitán. Lo hemos conversado con él y con los dirigentes", agregó al anticipar que la cinta podría ser lucida por distintos jugadores, como ya sucedió con el arquero esloveno Samir Handanovic, el croata Marcelo Brozovic (dos que ultimamente son suplentes) y con el argentino Lautaro Martínez.
En relación con la racha adversa de Milan, Inzaghi aseguró que no se fía y comentó: "No espero un Milan distinto al que conocemos y que seguramente tendrá un gran deseo de ganar el clásico".
"Es un equipo al que respeto mucho y, además, los clasicos son distintos a todo", agregó al destacar que "debemos dejar todo en la cancha porque estos partidos suelen definirse por detalles".
Las dudas del entrenador pasan por la presencia del goleador belga Romelu Lukuku, quien compite por un puesto en ataque junto a Martínez con el bosnio Edin Dzeko, aunque adelantó que Lukaku "está cada vez mejor y no es un jugador acostumbrado a las lesiones, por lo que trabaja duro para aportar lo suyo".
Así como Inter aguarda por la recuperación tota de Lukaku, Milan espera por la del sueco Zlatan Ibrahimovic, quien a ocho meses de la operación de rodilla a la que se sometió, volvió a entrenarse con sus compañeros, aunque su regreso a las canchas deberá espera.
Por eso, Pioli no lo incluyó en la lista de para los octavos de final de la Champions League, en los que Milan chocará con Tottenham Hotspur e Inter lo hará con Porto.
"Necesita más tiempo para recuperarse por completo, pero espero de todo corazón que vuelva a ser el que era porque nunca se rinde, ni se queja", dijo al respecto el DT.
De no mediar sorpresas, Milan saldría al ruedo mañana con Ciprian Tatarusanu; Davide Calabria, Simon Kjaer, Pierre Kalulu, Theo Hernandez; Rade Krunic, Sandro Tonalli, Tommaso Pobega; Alexis Saelemaekers, Olivier Giroud y Rafael Leao.
Inter lo haría con André Onana; Matteo Darmian, Francesco Acerbi, Alessandro Bastoni; Denzel Dumfries, Nicoló Barella, Hakan Calhanoglu, Henrikh Mkhitaryan, Federico Dimarco; Edin Dzeko o Romelu Lukaku y Lautaro Martínez.
Para Inter, ganar es de vital importancia si no quiere perderle pisada al líder Napoli, aunque también lo es para Milan, que en el contexto que llega necesita volver al triunfo en un partido a todo o nada.
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