Una nueva edición del torneo Seis Naciones se pondrá en marcha este sábado con los duelos Gales-Irlanda e Inglaterra-Escocia que darán inicio a la disputa por la "Calcuta Cup" en un año signado por escándalos y denuncias que ponen en discusión los valores del rugby.
    Propiamente, una de las federaciones que estará presente en el partido inaugural, la galesa WRU, se ve sacudida por acusaciones de misoginia, sexismo, racismo y homofobia contenidas en un documental televisivo relacionado con una "cultura tóxica" en el seno de la entidad.
    Denuncia que derivó en la renuncia de Steve Phillips como jefe ejecutivo, a lo que se sumó el pedido de la entidad a los aficionados para que dejen de entonar durante los partidos el hit de Tom Jones "Delilah".
    Un tema que los fanáticos de la selección galesa de rugby adoptaron como himno tanto en los partidos que disputa como local en el estadio de Cardiff, como en aquellos que juega como visitante.
    El pedido apunta a que la letra original de la canción (que tiene su versión italiana bajo el título "Nostra Favola" y que canta Jimmy Fontana), un éxito de ventas a fines de los '60, contiene referencias a un femicidio cometido por un hombre demasiado celoso.
    Por ese motivo, la WRU decidió retirarla de su lista y ya no sonará en los estadios antes de los partidos o en el entretiempo, como solía suceder, y pidió a los fanáticos que no vuelvan a entonarla.
    Difícilmente el pedido sea contemplado por los aficionados que tienen muy arraigada la tradición de cantarla, mientras voceros de la WRU expresan su condena "a todo tipo de violencia de género".
    "Antes de adoptar esta decisión, consultamos a expertos en relación con la necesidad de censurar la canción de Tom Jones, aunque somos conscientes de que para muchos resulta impactante debido a su argumento", aclaran.
    El racismo es otro de los flagelos que azota al rugby, aunque no es la única disciplina que lo padece, como tampoco resulta una situación que sea inherente exclusivamente al deporte.
    En Italia, por ejemplo, hace pocos días fue suspendido hasta el final de la temporada el pilar ítalo-argentino Iván Nemer, jugador del club Benetton castigado por haberle regalado una banana podrida a su compañero guineano Cherif Traoré a modo de broma de mal gusto.
    Pese a las disculpas públicas expresadas por Nemer, quien se mostró arrepentido, la "víctima" confesó que: "Lo que más me dolió fue ver reírse a mis otros compañeros, como si fuese algo normal".
    La Scottish Rugby Union, en tanto, fue criticada por la muerte de Siobhan Cattigan, una jugadora de 26 años de la selección femenina que falleció al no haber recibido la misma atención médica de la que sí gozan sus colegas de la selección masculina.
    En Francia, que en septiembre y octubre albergará la Copa del Mundo, Bernard Laporte renunció como presidente de la federación nacional la semana pasada tras haber sido condenado por corrupción en diciembre.
    En Inglaterra, en tanto, la Rugby Football Union debió volver sobre sus pasos por la polémica que generó su decisión de prohibir los tackles por encima de la cintura en los torneos amateur.
    Una medida que no llegó a ver la luz, que fue mal comunicada y que apuntaba a resguardarse a futuro de las demandas legales por parte de ex jugadores, como aquellos que denunciaron a los dirigentes por no haber hecho lo suficiente para evitar o reducir el riesgo de lesiones cerebrales como las que padecen como consecuencia de la práctica de este deporte.
    "Los que manejan este deporte se la pasan hablando de los valores del rugby, pero nunca antes como hoy esta frase sonó tan vacía", afirman en Reino Unido los detractores.
    "Muchas personas están atacando al rugby y esto me genera irritación", destacó Shaun Edwards, técnico alterno de la selección de Francia, al augurar que el Seis naciones "sirva para cambiar este clima".
    Quien apuesta a que el clima en el torneo vuelva a ser el mismo de siempre es Warren Gatland, leyenda neozelandesa que vuelve a entrenar a la selección de Gales.
    "En el Seis Naciones, el 40 por ciento de los aficionados pertenece al equipo local y esto genera una atmósfera increíble", destacó.
    Lo cierto es que la antesala del certamen llega precedida por varias polémicas que quizás queden de lado cuando la ovalada vuelva a rodar, aunque por lo visto la pelota sí se mancha, a contrapelo de lo que alguna vez aseguró el recordado astro argentino del fútbol Diego Maradona. (ANSA-AFP).
   

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