En Brasil, sobre quince restaurantes de una estrella, entre Río de Janeiro y San Pablo, uno de cada cinco habla italiano.
El chef Pierpaolo Picchi, del homónimo restaurante paulista, sonríe mientras desciende del escenario del Copacabana Palace, donde tuvo lugar la ceremonia de la Guía Michelin 2024, vuelta al país sudamericano tras un vacío de cuatro años. "Mantuve la estrella", sonríé.
La cocina de Picchi, hub del gusto en San Pablo, habla italiano como aquella de Fame Osteria, de Marco Renzetti, que este año, por primera vez, conquistó el codiciado reconocimiento Michelin, afirmándose como uno de los templos de la cocina clásica italiana de la megalópolis. En la ciudad carioca es, en cambio, el restaurante Cipriani, en el seno del icónico hotel Copacabana Palace, a mantener alta la tradición tricolor, reconfirmando su estrella.
En la selección de la Michelin ingresan varios locales de San Pablo, que proponen menúes italianos, como Borgo Mooca, refugio gastronómico bajo la conducción del chef Matheus Zanchini, o Simone Ristorante, local que toma el nombre del chef y propietario Simone Paratella, piamontés de pura cepa.
E incluso, entre los recomendados, la Bottega Bernacca.
Y entre los Bib Gourmand, categoría preferida por quien busca una buena proporción calidad-precio, figura el restaurante Zena Cucina, un homenaje a Genova, con sus imperdibles tortas.
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