Instalada del 24 de abril al 21 de julio en el símbolo de la Roma barroca, esta "pequeña, pero preciosa exposición" es un viaje de inmersión en dos secciones diferentes, "Mito" y "Caleidoscopiche visioni" ("Visiones caleidoscópicas").
"Queremos brindar a los visitantes una experiencia de asombro -comentó Alfonsina Russo- como lo que sintieron al ingresar al Aviario Farnesi y hoy admirar estos vestidos, verdaderas obras de arte".
"Es como una cámara de maravillas del siglo XVII -reitera la curadora Sofi Gnoli- un pequeño cosmos sorprendente que es un consuelo en la belleza".
"Gran atención al montaje -continuó la curadora- con proyecciones de sonidos de la naturaleza para el aviario y la simulación de truenos y relámpagos".
La increíble variedad de colores y tonalidades que caracterizan el plumaje de las aves siempre fueron fuente de inspiración para el mundo de la moda, al que le encanta jugar con su variedad y sus significados metafóricos.
Fue la reina María Antonieta quien lanzó en el siglo XVIII la tendencia de los peinados muy altos con pájaros disecados y abyectos.
El amor de la moda por el reino alado llegó hasta nuestros días con creaciones expuestas en el Palatino, como el majestuoso vestido de cisne blanco, creado por Maria Grazia Chiuri para Christian Dior en la colección Crucero 2022, inspirado en un traje de Marlene Dietrich de 1935; el vestido de cisne negro de Alexander McQueen para Givenchy en 1997; el vestido de organza, bordado con plumas de gallo y faisán, de la Colección Dolce&Gabbana Alta Moda Firenze 2020; el vestido negro con plumas caleidoscópicas de Thierry Mugler de Alta Costura Otoño/Invierno 1997; y el microvestido dorado con enormes alas de plumas de avestruz, diseñado por Donatella Versace para Kate Perry.
Diseñado por Tiziano Guardini para la exposición, es el vestido Vittoria del colibrí, bordado con plumas de seda no violentas, mientras que una sección está dedicada a los accesorios aviares de la colección de Anna Piaggi.
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