Se trata de una tendencia reportada por el Sistema de Vigilancia de Hepatitis del Instituto Superior de Sanidad (ISS), de la que surgen, efectivamente, nuevas informaciones sobre los métodos de contagio: los tratamientos de belleza como manicuras, piercings y tatuajes convirtieron en el primer factor de riesgo de hepatitis B y C, superando la exposición al virus en entornos de atención médica, relaciones sexuales de riesgo o consumo de drogas.
En total, durante 2023 se registraron en Italia 523 nuevos casos de hepatitis aguda A, B, C y E.
A ellos se suman aproximadamente 60 casos para los cuales no se determinó la familia del virus.
La hepatitis A es la más frecuente: en 2023 se notificaron 267 casos, casi el doble que el año anterior, cuando fueron 140.
La mayoría está vinculada con el consumo de mariscos crudos o poco cocidos, viajes a zonas endémicas, denuncias de actividad sexual y consumo de frutos del bosque.
El crecimiento de los casos de hepatitis B fue más limitado (+40%) (153).
En ese caso, las fuentes probables de infección más frecuentes fueron la exposición a tratamientos de belleza, cuidados dentales y conductas sexuales de riesgo.
Sin embargo, continúa el descenso (-7%) de la hepatitis C: hubo 51 casos y, también en ese caso, el factor de riesgo más frecuente fue el uso de tratamientos estéticos, que superó por primera vez en los últimos años la exposición nosocomial.
Se registraron 58 casos de hepatitis E, con un crecimiento del 42% respecto a 2022 y 4 de ellos ocurrieron en personas que regresaban de países donde la infección es endémica.
La mayoría de los casos autóctonos están relacionados, por el contrario, con el consumo de carne de cerdo o de jabalí cruda o poco cocida.
Además, en 2023, también se produjeron 3 muertes por hepatitis A y la misma cantidad por hepatitis B.
Uno de ellos involucró a una joven de 18 años, quien murió de insuficiencia hepática aguda debido al virus B mientras esperaba un trasplante de hígado.
Otro paciente joven, de 31 años, que padecía hepatitis fulminante por el virus B, se salvó gracias a un trasplante.
El informe también destaca la proporción insuficiente de pruebas realizadas para detectar la hepatitis Delta. De hecho, el virus responsable puede infectar a personas afectadas por la hepatitis B, empeorando el daño hepático.
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