Ya en la antigua Pompeya se construía una especie de pesebre de Belén, un antiguo rito de homenaje a los dioses con la creación de escenas en las que destacaban figuras de terracota, como las que pueblan las imágenes de la Natividad de Cristo desde hace 800 años.
Las 13 figuras surgieron -curiosa coincidencia precisamente en la llegada de esta Navidad- en Pompeya, en una habitación de una domus (tipo de vivienda romana) lindante con la casa de Leda y el cisne, donde se está llevando a cabo una excavación, restauración y puesta en valor.
Las pequeñas esculturas de unos 15 centímetros de altura, como informa la revista electrónica sobre las excavaciones de Pompeya http://pompeiisites.org/e-journal-degli-scavi-di-pompei/, entre las que se pueden reconocer figuras humanas, estaban junto a una nuez, una almendra, la cabeza de un gallo de barro y una piña de vidrio en posición vertical. Descansaban sobre una superficie horizontal dentro de una habitación donde probablemente se encontraba una estantería.
Las esculturas emergieron del lapillus a una altura de más de 2 metros sobre el nivel del suelo. El ambiente que los conservaba, probablemente el atrio de la casa, también contaba con algunas decoraciones que hasta ahora han surgido en la parte superior de los muros.
Desde los primeros estudios, algunos temas parecen referirse al mito de Cibeles y Atis, relacionados con el ciclo vital de las estaciones y la fertilidad de la tierra y, por tanto, con el equinoccio de primavera. "Estamos ante -escribe el Diario electrónico de las excavaciones de Pompeya- un contexto de gran interés que muestra momentos del relato mitológico, pero que también devuelve exvotos que remiten a la evocación de acciones rituales precisas".
Las obras en curso afectan a los entornos ya conocidos de la Casa de Leda (descubierta entre 2018 y 2019 en el marco de las obras previstas por el Proyecto Gran Pompeya) y a los de dos domus, no mejor identificadas, que se desarrollan hacia el norte y al sur de la casa de Leda.
Durante la fase de remoción de la tierra aún presente en algunas habitaciones de la casa de Leda, para alcanzar el nivel del piso, surgió una habitación finamente decorada con frescos donde destacan 4 círculos con rostros femeninos de refinada elegancia.
La excavación tiene como objetivo asegurar los frentes de excavación (perímetro entre estructuras ya excavadas y áreas no excavadas) y salvaguardar y conservar los dispositivos decorativos, también con vistas al uso público del complejo.
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