La cocina federal y restaurantes "pop up", nuevas tendencias
(ANSA) - BUENOS AIRES, por Ludovico Mori - El extraordinario desarrollo de la gastronomía argentina sancionado por la reciente llegada de la Guía Michelin a Buenos Aires y Mendoza es producto no sólo del talento y la tenacidad demostrados por toda una generación de jóvenes chefs, sino también de su hermandad y comunión de propósitos.
Como la selección de fútbol campeona del mundo dirigida por Messi.
Un esfuerzo de equipo, que se manifiesta principalmente en la afirmación en el panorama local de los llamados "pop ups" gastronómicos, un formato que abre las puertas a la mezcla de conocimientos y experiencias entre chefs que se alternan en las cocinas de los mejores restaurantes de todo el país.
Uno de los principales impulsores de esta tendencia en Argentina es el talentoso Pedro Bargero quien, con apenas 32 años, se ha consolidado como uno de los representantes más brillantes de la escena local.
Consolidado en la cocina del restaurante "Chila", en el exclusivo barrio de Puerto Madero, y ahora proyectado hacia un nuevo concepto de "cocina federal", con el proyecto Amarra, Bargero profundiza cada mes en diferentes propuestas gastronómicas de cada región del país, yendo más allá de la fórmula del "pop up" de moda en Estados Unidos y Europa.
"Aquí durante cuatro semanas los mejores chefs de diferentes zonas locales aportan su identidad y los productos de sus regiones y con ellos elaboramos un menú real", explica Bargero a ANSA.
"Es un reto enorme, una vez al mes básicamente cambiamos de restaurante, pero es un esfuerzo que nos recompensa generando un intercambio cultural y social muy interesante y de alto nivel, que no tiene precedentes", afirma el chef, formado en Francia con los chefs estrella Mauro Colagreco y David Toutain.
"Para nosotros, el proyecto Amarra representa un curso de estudio incomparable", agrega.
Una visión, la de Bargero, que también comparte Julio Báez, chef del reconocido restaurante "Julia", en el nuevo polo gastronómico porteño de Villa Crespo.
"En los últimos 10 a 15 años ha habido una gran profesionalización y una fuerte evolución en compartir y comprender la diversidad regional. Esto ha supuesto un crecimiento importante", afirma Báez, quien destaca: "la única manera de crecer es juntos".
Y la efervescencia del panorama gastronómico local también atrae talento extranjero. Es el caso de Christina Sunae, nacida en Estados Unidos, pero originaria de Filipinas, tierra a la que hace referencia junto a Argentina, a la hora de diseñar la carta de sus dos restaurantes de cocina fusión en Buenos Aires: "Cantina Sunae" en el barrio de Palermo, y "Apu Nena" en Chacarita.
"Lo que me gusta de este país es que, al ser tan grande, la gastronomía cambia mucho en todo el territorio", comenta.
"Creo que aquí la tierra le da un sabor diferente a los productos. Los que como o uso en mis restaurantes están riquísimos, sobre todo cuando son productos de temporada", destaca, sin excluir los vinos.
"Son increíbles en cualquier parte del país, no sólo en Mendoza, sino también en Chubut y Salta", destaca.
Según Bargero, otra característica es compartida por quienes deciden emprender la aventura de abrir un restaurante en Argentina: "La imprevisibilidad del contexto social y económico nos obliga a tener un alto grado de audacia y creatividad, además de una piel tan gruesa como la del pescado de agua fría", afirma el chef de "Amarra".
Y a pesar de todos los obstáculos -como ocurrió con la selección de Messi en el Mundial de Qatar-, para Báez ha llegado el momento de que la gastronomía argentina se afirme.
"Los ojos del mundo están puestos en el panorama latinoamericano: somos el nuevo mundo y tenemos todo un futuro por delante, estoy feliz de vivir este momento de nuestra cocina", concluye. (ANSA).