(ANSA) COMO Un empresario italiano, satisfecho por la excelente marcha de su negocio, decidió regalarle unas lujosas vacaciones a su personal por el compromiso con el que realizan sus tareas.
El grupo ya está preparado y el sábado dejará el lúgubre otoño de Brianza, en el norte de Italia, por el sol de Santo Domingo.
Un grupo de 27 colegas, sus familias -se permite un acompañante por persona- y los empresarios.
Todos juntos se alojarán durante una semana en all-inclusive en unas vacaciones con premio para empleados organizadas por una empresa de Como, Tendaggi Paradiso, de la ciudad de Cassina Rizzardi.
La iniciativa no partió de los trabajadores, sino de Ernesto Castiglioni, de 76 años, y su esposa, Patrizia Paganini, propietarios desde 1979 de Tendaggi Paradiso, con sede en Cassina Rizzardi y talleres en Guanzate, en la zona de Como, que produce 80 mil kilómetros de telas ligeras y decorativas al mes.
Y no son las primeras vacaciones con premio: las que comienzan el sábado serán las séptimas, todas en hoteles fuera de Italia, siempre con la fórmula del "todo incluido".
"No es un gasto, sino una inversión", dice el empresario, que no ha querido dar publicidad al asunto.
Pero hace solo unos días, los trabajadores se pusieron en contacto con el periódico La Provincia di Como para dar las gracias públicamente a Castiglioni, su mujer y sus tres hijas, y así la historia ganó notoriedad.
"Cuando leí el artículo de agradecimiento, me emocioné, se me saltaron las lágrimas", admite Castiglioni. "A menudo me preguntan por qué se me ocurrió. La respuesta es muy sencilla: pagar las vacaciones de los empleados no es un coste, sino una inversión".
"Espero que mi historia sirva para que otros empresarios imaginen también invertir dinero en este sentido", agrega.
El objetivo", explica, "es hacer que el trabajo sea más agradable, para que todos seamos más felices".
Así lo han demostrado experiencias anteriores en Egipto, Tailandia y otros destinos. Una semana de relax, en la que no se habla de trabajo, sino que se piensa en divertirse y en la que se estrechan los lazos personales.
Algo que, por supuesto, disfrutan los empleados, tanto que lo agradecen a través del periódico. La única peculiaridad de la empresa es la elección de las maletas, que elige la compañía, las mismas para todos, siempre de un color diferente. Y esta vez, rumbo al Caribe.
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