(ANSA)- Aplausos al comienzo y también al final del espectáculo, con un bis final cantado junto al público para "Raffa in the Sky", la ópera lírica dedicada a Raffaella Carrà que se estrenó anoche en el teatro Donizetti de Bérgamo.
El objetivo declarado del espectáculo (desde el tema) era ampliar la audiencia del melodrama y unir los registros bajos y altos, populares y eruditos.
Así, el compositor Lamberto Curtoni transformó "Tanti Auguri", uno de sus mayores hits, en un quinteto con referencias a Bach y Rossini, en un juego de referencias que invadió todo el espectáculo: del Lago de los Cisnes al Furore, sin olvidar el indispensable Tuca Tuca, todo incluido en el libreto de Renata Ciaravino y Alberto Mattioli.
La mezcla de géneros (musical y ópera) quedó clara ya en la elección de las voces (Raffaella no es cantante de ópera a diferencia del resto del reparto), pero también en la composición de la orquesta dirigida por Carlo Boccadoro formada por elementos de la Orquesta de la Ópera Donizetti y Caminos salvajes, con acordeón y clavecín.
También subió al escenario el coro "I piccolo musici", los bailarines de la Fattoria Vittadini interpretando coreografías de Mattia Agatiello, con escenas de los programas de variedades de los años 60 de Edoardo Sanchi y el vestuario de Alessio Rosati.
En un cruce entre ciencia ficción (con una apariencia más parecida a la de los Rockets que a la de Star Wars) y la ópera barroca, la idea de Francesco Micheli, el director del Festival de Ópera de Donizetti que concibió el espectáculo y lo dirigió, fue hacer de Raffaella (interpretada por Chiara Dello Iacovo, finalista de "The Voice" y actriz del grupo de Turín) una criatura del planeta del arte Arkadia, que desciende a la tierra y durante su carrera, a través de sus espectáculos y sus canciones, acompaña los cambios de la sociedad.
En ese proceso ayuda a Vito ((Haris Andrianos) y Carmela (Carmela Remigio) a afrontarlos: la emancipación femenina, la crisis de pareja, la sexualidad de su hijo Luca (título de la canción del mismo nombre, aquí interpretada por Gaia Petrone).
Una hagiografía (historia de la vida de un santo; puede tener carácter literario narrativo o dramático) de Raffaella sin matices y una crítica declarada al grotesco esnobismo cultural de los 'arkadianos (Apolo intentan 'frenar' a Raffaella) porque "el arte no sirve de nada si pocas personas lo disfrutan" como reza el folleto.
Y entre los espectadores (muchos de ellos con el legendario corte Carrà, que se podía colocar, previa reserva, en el teatro), el subsecretario de Cultura Gianmarco Mazzi y el alcalde Giorgio Gori con su esposa Cristina Parodi.
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