(ANSA) -La "Notte della Taranta" di Melpignano es la noche de la tradición popular de Salento que no se limita a los acordeones y panderetas sino que sabe acoger y mezclar diferentes identidades.
La identidad se ha convertido en el tema de la 26ª edición de la fiesta popular, interpretada anoche por la concertista Fiorella Mannoia, acompañada de Arisa, Brunori Sas y Tananai y que, según los organizadores, atrajo a más de 200.000 personas.
La noche estuvo signada por la vehemencia de las manos tocando panderetas, que producen sonidos potentes que tejen el aliento de gaitas y cuerdas de guitarra irreverentes. También, por danzas de locura atormentada en las que los cuerpos se enredan gracias a ritmos que sin retórica denuncian destinos ominosos. Himnos de libertad contra las opresiones sufridas o combatidas. Canciones de mujeres y luchadoras.
Mannoia, que -tal como requiere esa danza típica- saltaba por el escenario con un vestido rojo, afirmó que la tradición de Salento "no está degradada", sino que es capaz de albergar tradiciones mediterráneas también con aroma árabe.
Signos de los pueblos que pasaron por la Grecia salentina que con sus sonidos gritó su historia a través de la voz - auténtica y profunda - de la orquesta popular que transmitió dolor, pasión, fuerza y vida, especialmente en "Beddhra duerme allí" (con una extraordinaria Alessandra Caiulo), en las oraciones escritas en las paredes de la iglesia de Galatina se vuelven pizzica en "Santu Paulu" (una interpretación íntima de Giancarlo Paglialunga que recuerda en la melodía la famosa invocación de Tora Marzo) y "Ec ec" en arbëreshë contaminada por "Mena mena".
Y si la concertista confió en Francesco Di Carlo, quien reorganizó las partituras, Brunori mimó los sonidos de Salento con su guitarra, haciéndolos suyos. Pulsaba las cuerdas con la misma delicadeza con la que entregaba su ser "híbrido".
Sus interpretaciones de "Lule Lule" en lengua arbëreshë y Aremu en griego relatan su obra compuesta por "identidades que suman", de la "forma masculina" de las canciones femeninas. Nuevos matices y perfumes encantan a "Fimmine Fimmine" sobre la explotación de las "tabacchine, las mujeres que trabajaban el tabaco", explicó Mannoia.
"Estaban a merced de los patrones - prosiguió - que las utilizaban para sus propios placeres. Muchas cosas no han cambiado y esta canción es nuestro grito: mujeres, cántenla con nosotros".
La pizzica es una danza popular característica del territorio de Apulia entre Taranto y Salento. Hasta principios del siglo pasado, sin embargo, esta danza estaba difundida en toda Apulia, con nombres diferentes. En general, forma parte de la gran familia tradicional de las “tarantelle”.
La palabra “pizzica” aparece escrita por primera vez en 1797, refiriéndose a una noche de baile ofrecida por la nobleza de Taranto en honor del rey Fernando IV de Borbón, que visitaba la ciudad.
En el siglo XIX la pizzica se relacionó con las prácticas terapeúticas-hechas de danza y música- del “tarantism”, siguiendo una tradición nacida en el siglo XIV.
El tarantismo recuerda al fenómeno de los “tarantolati”, personas cuya enfermedad, creía el pueblo, estaba relacionada con las tarántulas o los escorpiones.
La pizzica y su música se empleaban como medicina para eliminar el veneno.
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