(ANSA) - Comenzaron en Italia las rebajas de verano con 10 millones de italianos listos ya esta semana para ir a la caza de la mejor oferta con un presupuesto medio de 227 euros.
Así lo reveló una investigación de Confesercenti Ipsos sobre las intenciones de compra este fin de semana a la caza de los descuentos, después de un año difícil que ha visto la reducción del gasto en ropa y calzado en casi un tercio de la población.
Aquellos que salgan de compras para aprovechar las rebajas, adquirirán algo menos de tres productos cada uno, aunque el 26,9% comprará cuatro o más (el 40,8% uno o dos).
En la cima de las preferencias de los italianos está el calzado - compra reportada por el 65% de la muestra, alrededor del 68% entre las mujeres - seguida de camisetas (t-shirt pero también tops, leotardos y camisetas sin mangas) que son buscados por el 57,3% de los consumidores.
Le siguen los pantalones (jeans, cortos y leggings para el 53%, de los cuales el 61% entre los hombres), trajes (21,5%) y camisas (19,6%).
El 61% de la muestra declara que quiere comprar con motivo de las rebajas de verano de 2023 al menos un producto de ropa, calzado y accesorios.
Un 30% adicional, en cambio, sólo está dispuesto a comprar si encuentra la oferta adecuada. El 27% de los encuestados -equivalente a unos 10 millones de consumidores- visitarán tiendas, en línea y presencial, solo este fin de semana.
El 33% -unos 12 millones- hará sus compras la semana siguiente, entre el 10 y el 16 de julio.
El atractivo de los descuentos se hace más fuerte por la inflación y el aumento de los gastos fijos, que han condicionado decididamente el presupuesto de los hogares en el último año.
De hecho, el 32% de los consumidores dice haber reducido, en comparación con 2022, las compras de productos de moda, principalmente debido a la vida cara y la inflación (36%), el aumento de las facturas y las cuotas de la hipoteca (22%).
Sin embargo, también afecta el cambio repentino de las temperaturas, especialmente después de una primavera más fría de lo habitual que frenó considerablemente las compras de prendas y calzado de primavera y verano. El 38% de los consumidores admite que, entre marzo y junio, compró menos que el año anterior, dada la persistencia de un clima incierto. (ANSA)
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