(ANSA) - El catálogo de "Perugino, el mejor maestro de Italia" en tres meses atrajo al Palazzo dei Priori de Perugia más de cien mil personas, y está destinado a brillar con luz propia, constituyendo su continuación natural por calidad y valor.
La exposición de maravillas que hasta el 11 de junio celebró el 500 aniversario de la muerte del artista considerado una de las mentes brillantes del Renacimiento, continúa así viva en las 600 páginas de un volumen enriquecido por las contribuciones de estudiosos italianos y extranjeros vinculados también a museos que han cedido sus obras más importantes, en algunos casos por primera vez.
El éxito del homenaje a Pietro Vannucci, considerado entre las más bellas exposiciones italianas de los últimos meses, es para Marco Pierini, director de la Galería Nacional de Umbría, y para Veruska Picchiarelli, la joven y apasionada curadora del museo, responsable de Arte Medieval y Edad Moderna.
Ellos fueron los que desataron la "fiebre Perugino" que contagió a todo el equipo de la Galería involucrado en la organización del evento y favoreció la colaboración con socios en el exterior.
Pierini dijo a ANSA que "lo más hermoso es que los museos son y confirman que son lugares no sólo para exposiciones, sino también para la investigación y la producción cultural.
"En un momento se dijo que la investigación se hace en las universidades y la producción de exposiciones con las empresas.
Necesitamos recuperar el hecho de que los museos estudian, trabajan y producen. Y lo hemos demostrado", destacó Pierini.
El catálogo editado por Dario Cimorelli Editore, por tanto, está destinado a convertirse en un título de referencia imprescindible sobre el maestro, "para devolverle el lugar que merece en la larga historia del arte".
"Desde el principio, nuestra intención era convertirlo en un objeto que siguiera siendo un elemento básico de los estudios sobre Perugino desde todos los puntos de vista", explicó el director. "Queríamos dedicarle un ensayo a cada obra y no sólo un archivo".
Sacar el volumen de inmediato fue una elección porque el trabajo en la calidad de las imágenes y para estandarizar los textos de los 42 colaboradores fue largo y completo.
El cierre del fascinante recorrido expositivo entre las 70 obras maestras reunidas en la Galería Nacional de Umbría estaba reservado a los célebres Desposorios de la Virgen que el pintor hizo en 1504 y que, tras el saqueo napoleónico, se encuentra en Francia desde finales del siglo XVIII, en el Museo de Bellas Artes de Caen.
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