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Tememos que hablar de muerte sea materializarla

Gustavo Rodríguez, ganador con "Cien cuyes" Premio Alfaguara

MADRID 21 MAR - El escritor peruano Gustavo Rodríguez, 21 marzo 2023, 13:47

Redaccion ANSA

ANSACheck
El escritor peruano Gustavo Rodríguez, ganador del Premio Alfaguara con su novela "Cien cuyes", dijo hoy en entrevista a ANSA que "le tenemos miedo a hablar de la muerte, como si invocarla fuera materializarla".
    Con su novela premiada en enero, de la que hoy comenzó una gira de promoción de cerca de un año por 13 países, Rodríguez (Lima, 1968) espera que "contribuya a que haya una conversación sobre la necesidad de hablar de la muerte y luego que la muerte sea digna y que sea un proceso tan cuidado como lo es el nacimiento".
    A su juicio, "el sexo no es tabú. Es la muerte el tabú de nuestro tiempo".
    Sostiene que "mientras más callamos algo, más daño nos va a hacer cuando eso se revela. Le tenemos miedo a hablar de la muerte como si invocarla fuera materializarla. Deberíamos estar acostumbrados desde pequeños que vivir implica una cuenta regresiva para morir de tal manera que cuando ocurra, estar más preparados. Que el duelo sea visto de una manera natural y no excesivamente dramática".
    La tragicomedia "Cien cuyes", sobre nueve ancianos en una residencia de Lima a quienes una cuidadora les ayuda a cumplir sus últimos deseos, fue producto de una "nube de ideas que tenía en la cabeza de imágenes de ancianos solitarios que no llegaban a aterrizar del todo, y con la muerte de mi suegro terminó de empaquetarse el argumento de esta novela".
    Esta novela es "un homenaje a la dignidad de mi suegro" y su humor negro que contrarresta la cursilería es "algo que me sale natural. Desde pequeño lidié las vicisitudes con humor negro como herramienta de supervivencia".
    Uno "llega a una edad que ya intuye el resto del camino y no dejas de hacerte preguntas en una sociedad que ha celebrado en demasía la juventud y niega el envejecimiento".
    El escritor subraya que "somos impacientes con la gente mayor. No estamos en sus zapatos. Al contrario de los niños, pues hemos sido niños y nos podemos dar cuenta de lo que ha sido ser niño".
    Otra de "las razones por las que escribió es la novela es para ponerme en la situación en la que probablemente me voy a encontrar. Quiero ir entendiendo y sintiendo como va a ser esa situación".
    Rodríguez dice que tiende a ponerse "en situaciones que no me van a gustar como manera de ponerme ahí previsoramente", como hizo en su novela "Treinta kilómetros a la medianoche" (2022), sobre un padre "como yo, que cruza la ciudad por el feminicidio a una hija".
    A la situación de Perú el escritor no le ve actualmente "salida" y cree que "buscamos mano dura. Somos un país tan desordenado que creemos en la figura de un padre que lo venga a ordenar todo, como un zarpazo y sin escuchar a la gente. Puedo entender la tentación", dice.
    A su juicio, Dina Boluarte "pasará a la historia como la primera presidenta de Perú que lamentablemente continuó su mandato con sangre en las manos".
    Cree que si en lugar de morir 17 personas en las protestas de Puno hubieran muerto "en un barrio mesocrático de Lima, habría habido quizás renuncias".
    La literatura peruana la considera "infrarrepresentada siendo un país rico literariamente. La literatura peruana debería tener el lugar que merece no solo a nivel narrativo, sino también a nivel de su poesía. Recién se está construyendo una industria editorial en los últimos 20 años".
    Rodríguez -segundo escritor peruano que gana el premio Alfaguara después de Santiago Roncagliolo, que lo obtuvo en 2006- se enmarca en la "generación de los nietos del boom. No nos sentimos a la sombra de Mario Vargas Llosa, sino que le tenemos gratitud a su obra. Vargas Llosa es un embajador que abre puertas. Podemos disentir políticamente de sus últimas opiniones, pero no podemos negar que ha sido un faro literario".
    Este premio considera que le ha llegado en el momento justo pues hace 20 años el premio le habría convertido en un "idiota envanecido". Ahora el premio es "un sello de garantía: de que la constancia puede ser reconocida".
    Afronta su gira de promoción por España y América Latina de la novela premiada como "un reto que me pone de buen humor" y le entusiasma la idea de "poder abrazar a mis lectores. El éxito -subraya- se mide no en la cantidad de dinero que tenemos, sino en la cantidad de abrazos que damos".
   

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