(ANSA) - TOKIO, 14 MAR - Kenzaburo Oe, ícono del
anticonformismo japónes y Nobel de literatura 1994, murió a los
88 años, anunció hoy su editor, Kodansha. "Murió de vez en las
primeras horas del 3 de marzo", sostiene un comunicado, que
detalla que los funerales fueron realizados por la familia.
Oe incansablemente en su obra la violencia infligida a los
débiles y se pronunció contra el conformismo de la sociedad
japonesa moderna. Figura intelectual en Japón, constante en su
alto nivel moral, fue un ferviente defensor de la causa
antinuclear y de la Constitución pacifista de su país.
Nacido el 31 de enero de 1935, creció en una remota aldea de
la isla de Shikoku, en medio de un vasto bosque, escenario que
utilizaría con frecuencia en su obra, como un microcosmos mítico
de la humanidad.
De niño, se alimentó de las leyendas subversivas de su
pueblo que le cuentan su madre y su abuela. Pero su juventud se
vio oscurecida por la Segunda Guerra Mundial y la mortífera
propaganda del régimen militarista japonés inculcada en la
escuela.
Traumatizado por la capitulación de Japón después de los
bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki en 1945, es
rápidamente conquistado por los principios democráticos del
ocupante estadounidense.
Era un apasionado de las letras francesas. A los 16 años, la
lectura de un libro sobre el Renacimiento francés provocó en él
una iluminación: "La expresión 'sentido de libre examen' que a
menudo aparece en este libro parecía indicarme el camino a
seguir para el futuro", dirá mucho después.
El adolescente decide ir a estudiar literatura francesa a la
prestigiosa Universidad de Tokio, y comienza su carrera
literaria siendo aún estudiante. Gozó de un éxito temprano, con
cuentos inquietantes y personajes grotescos o descentrados,
espejo del malestar de la juventud japonesa de la posguerra.
En 1958 ganó el prestigioso premio Akutagawa para autores
jóvenes por "Gibier d'Elevage". Esta trágica historia
protagonizada por un piloto afroamericano cautivo de una
comunidad aldeana japonesa durante la Segunda Guerra Mundial
será adaptada al cine poco después por Nagisa Oshima.
El mismo año publicó su primera gran novela, "Arranca los
capullos, dispara a los niños", una fábula social sobre niños de
un reformatorio abandonados a su suerte en Japón durante la
guerra.
Desde un comienzo, decidió quedarse "en la periferia",
prometiendo nunca colaborar "con los que están en el centro y
tienen el poder". El nacimiento en 1963 de un hijo minusválido,
Hikari ("Luz" en japonés), trastornará su vida personal y dará
un nuevo impulso a su obra.
"Escribir y convivir con mi hijo se superponen y estas dos
actividades no pueden sino profundizar la una en la otra. Me
dije que ahí sin duda sería donde mi imaginación podría tomar
forma", explica más adelante.
"A Personal Affair" (1964) es la primera de una larga serie
de novelas inspiradas en su vida privada, que retrata a un joven
padre que se enfrenta al impacto del nacimiento de un bebé
gravemente discapacitado, hasta el punto de considerar matarlo.
Sus "Notas desde Hiroshima" (1965) son una colección de
conmovedores testimonios de las víctimas del 6 de agosto de
1945. Luego, en sus "Notas desde Okinawa" (1970), se interesa
por el trágico destino de este pequeño archipiélago periférico
de Japón, que no será devuelto por Estados Unidos hasta 1972.
Odiado por los nacionalistas japoneses, Kenzaburo Oe será
demandado por difamación décadas después por haber recordado en
este ensayo que los civiles habían sido empujados al suicidio
por soldados japoneses durante la batalla de Okinawa en 1945.
Ganará su juicio después de un largo proceso.
Su nostalgia por el bosque y los mitos de su infancia serán
otra gran fuente de inspiración para sus novelas ("El juego del
siglo", "M/T y la historia de las maravillas del bosque"...).
En 1994, recibió Nobel de Literatura le fue entregado porque
"con gran fuerza poética, crea un mundo imaginario donde la vida
y el mito se condensan para formar un cuadro confuso de la
frágil situación humana actual".
Su negativa poco después a recibir la Orden de la Cultura,
una distinción japonesa otorgada por el Emperador, causará
escándalo en su país. "No puedo reconocer ninguna autoridad,
ningún valor superior a la democracia", explicó entonces, fiel a
su ideal. (ANSA).
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