"La cultura de la innovación es un componente importante de nuestro crecimiento, explica Ibarra - tenemos relaciones con más de 100 universidades, brindamos capacitación en las universidades y en nuestro campus interno, con alrededor de 500 docentes, y ponemos mucho énfasis en la investigación. Además de los jóvenes Stem, queremos atraer a graduados en las más diversas materias que nos ayuden a identificar los diferentes usos posibles de la tecnología".
"Incluso en Brasil, dice Di Cesare, invertimos mucho en formación, y para crear una comunidad cada vez más efervescente y motivada pretendemos trabajar de forma autónoma, con actividades ágiles, por una tecnología que no cae desde arriba".
Pero para fomentar la cultura de la innovación, Engineering también se ha convertido en socio del Festival Mundial de Filosofía, que se celebrará por primera vez en Roma este verano, en colaboración con Sapienza.
"Organizamos un día entero dedicado a la Inteligencia Artificial, para reflexionar filosóficamente sobre su impacto y su papel en la evolución de nuestras vidas", dice Ibarra, quien también anuncia su participación en un proyecto en Florencia sobre temas ESG: Planetaria, tres días de espectáculos para reflexionar sobre los riesgos del cambio climático.
Para esta iniciativa, Engineering, integrando inteligencia artificial, realidad virtual y su plataforma de IA generativa Eng GPT, creó Sibilla, un avatar de 8 metros de altura que dialogará con los actores y el público en la sala.
Por otro lado, los sectores de aplicación de la tecnología de ingeniería abarcan todos los ámbitos con soluciones sostenibles, que parecen ir en la dirección del humanismo tecnológico. Van desde la Plataforma Nacional de Telemedicina, que permitirá la movilidad de datos de salud en una única gran red, mejorando la calidad y el acceso a la atención de las personas en todo el territorio nacional, hasta la brasileña sobre agricultura de precisión para evitar el desperdicio del agua y proteger los bosques.
Pero también se estudian iniciativas para ciudades cada vez más inteligentes, con robotaxis voladores para combatir la congestión del tráfico, y para una agroindustria brasileña capaz de hacer un uso consciente de los pesticidas. O también están trabajando en planes para reforzar las infraestructuras, desde las presas de las industrias siderúrgicas de Minas Gerais hasta las grandes obras desde Lombardía hasta Sicilia.
Desde una perspectiva más puramente empresarial, observa el número uno de Engineering, "las empresas ya no quieren oír hablar de tecnología como tal, sino de soluciones". Y entre los desafíos globales el directivo identifica la "construcción de nuevos procesos en las organizaciones corporativas, con la creación de casos de uso. Es decir, aplicaciones prácticas, con diversas tecnologías que colaboran entre sí (composable) para encontrar las mejores respuestas a los problemas" de la IA al mundo de la nube, de los sensores al gemelo digital, a la realidad aumentada".
"Ayudamos a las empresas a tener éxito en la era digital.
Para ello necesitamos ser inteligentes, rápidos, basados ;;en datos y adoptar esquemas tecnológicos modulares", añade Di Cesare, que ha sabido combinar la fuerte connotación tecnológica de la empresa con clientes de dimensiones importantes (desde las telecomunicaciones hasta la energía y el agua), lo que convierte a Engineering Brasil en un laboratorio de gran interés. Y la perspectiva - concluye el presidente de la filial brasileña, "es seguir creciendo en estas verticales, pero también en el mundo del agronegocio" con incursiones en la banca.
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