El cielo más oscuro de la Italia peninsular permitió una observación astronómica de récord. Los telescopios del Virtual Telescope Project, instalados en Manciano, en provincia de Grosseto, consiguieron inmortalizar el cuásar más lejano observable a la longitud de onda de la luz visible, es decir, un núcleo galáctico activo formado por un agujero negro supermasivo creciente.
De hecho, nunca hasta ahora un telescopio de 350 milímetros de apertura había llegado así de lejos en el espacio y en el tiempo, identificando un objeto a 12,9 mil millones años luz de distancia.
Esto significa que cuando su luz partió para llegar hasta nosotros, el universo tenía menos de 900 millones de años frente a la edad actual estimada en 13,7 mil millones de años.
El resultado, obtenido gracias a las observaciones realizadas en las últimas semanas, fue posible también gracias a la extraordinaria calidad del cielo nocturno de Manciano, caracterizado por tener el cielo más estrellado y con menor contaminación lumínica de toda la Italia peninsular.
El cuásar conocido con la sigla SDSS J114816.64+525150.3 es el más alejado del cielo boreal observable a la longitud de onda de la radiación visible, es decir, aquella a la que son sensibles nuestros ojos, pese a que desde 2003, año de su descubrimiento, fueron identificadas otras ocho todavía más lejanas.
"A causa de la expansión del universo, la radiación electromagnética experimenta el llamado "redshfit", un efecto cosmológico que determina un movimiento hacia el rojo de la longitud de onda observada, más marcada cuanto más lejana está la fuente", comenta Gianluca Masi, astrofísico y director científico del Virtual Telescope Project.
"Sobre este cuásar la entidad del fenómeno es tal que casi toda su luz se traslada al infrarrojo y solo una pequeña parte permanece en el ámbito de lo visible. Los poquísimos cuásares conocidos más lejanos son, en cambio, observables solo en el infrarrojo", añade Masi.
Un cuásar se define como, bien una galaxia recién nacida o bien aquella fuente de energía que se presenta en el agujero negro del centro de dichas galaxias recién nacidas, caracterizados por ser una fuente astronómica de energía electromagnética, que incluye radiofrecuencias y luz visible.
Los cuásares se presentan en un enorme agujero negro, que absorbe toda la materia que encuentra en su cercanía. Cuando esto ocurre, por efecto de la enorme velocidad de rotación del disco de acreción formado, se produce una gigantesca cantidad de energía, liberada en forma de ondas de radio, infrarrojo, luz, ultravioleta y rayos X, lo que convierte a los cuásares en los objetos más brillantes y calientes del universo conocido.
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