"La placa de las Filipinas se acerca a la Euroasiática a ritmo de más de 7 centímetros al año. La sacudida fue 30 veces más fuerte que la registrada en L'Aquila (Italia) en 2009", detalló.
La placa de Eurasia empuja hacia el este en dirección contraria a la de las Filipinas, y la ruptura de la falla que generó el fuerte sismo ocurrió a lo largo de una línea que va del Norte al Este y del Sur al Oeste.
Por este motivo, para sismos de este tipo es más apropiado hablar de corrimiento de un área amplia de falla, que se extiende a lo largo de 60 kilómetros de largo y 35 kilómetros de ancho.
"Normalmente, estos eventos siguen un recorrido estándar, con una primera sacudida más fuerte seguida de réplicas de intensidad inferior", explica Doglioni.
"La duración de este fenómeno depende de la magnitud del terremoto principal: a mayor fuerza, más tiempo necesario para que concluya la secuencia".
El primer terremoto, ocurrido a las 1:58 horas italianas, estuvo acompañado de una segunda réplica de magnitud 6,4 pocos minutos después, a las 2:11, y de muchas otras más débiles.
"Eventos de este tipo ocurren medio centenar al año en el mundo, por lo que se trata de un fenómeno natural", añade.
"El área de Taiwán ya había sufrido en el pasado muchos grandes terremotos, incluso de magnitud superior a 8, como el ocurrido en 1920".
Aquel terremoto alcanzó 8,2 y ocurrió pocos kilómetros al este respecto al registrado hoy.
En los últimos 50 años la región sufrió otros seis terremotos de magnitud superior a 7 y localizados a 250 kilómetros de distancia de este último, tal como arroja el Servicio Geológico estadounidense USGS.
El más fuerte fue el de 1999 (magnitud 7,7) que provocó al menos 2.300 víctimas y daños estimados en 14.000 millones de dólares, localizado 59 kilómetros al este respecto al de hoy.
"En este último caso, los edificios antisísmicos de Taiwan demostraron estar muy avanzados", apunta Doglioni.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA