"De estudios recientes sabemos que en las últimas décadas se verificó una baja de 8-9% el espesor de la capa de nieve y.
paralelamente. una reducción del 5% de la duración de la cobertura nívea", dijo a ANSA, Michele Brunetti, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y del Clima del Consejo Nacional de Investigaciones.
De hecho la presencia de nieve en los Alpes se acortó en más de un mes respecto a un siglo atrás y esta tendencia comenzó con el inicio del período industrial.
Lo dijo claramente, y justamente, un estudio encabezado por Marco Carrer, de la Universidad de Padova, en el que participó Brunetti y fue publicado en Nature Climate Change, que reconoció los últimos 600 años de cobertura nívea de los Alpes analizando los anillos de crecimiento de una especie de arbusto.
Una disminución que lleva a la rápida desaparición de los glaciares que, según análisis publicados en enero por la revista Geophysical Research Letters por científicos de la Universidad suiza de Lausana, se achicarán un 46% en su volumen en no más de 25 años.
"La nieve tiene un evidente impacto sobre el ecosistema alpino -agregó Brunetti- porque su presencia permite una liberación gradual de agua y, al desplazarse por los terrenos, favorece en invierno la regeneración de nutrientes necesarios a las plantas".
Un mecanismo analizado ahora en detalle por los investigadores británicos que se concentró en las invisibles relaciones estacionales que se crean entre las plantas y los microorganismos del terreno, dos grupos que están en competencia por los nutrientes presentes en el suelo.
De forma cíclica, después de que la nieve se derrite las plantas comienzan a crecer y competir con los microorganismos del suelo por los nutrientes, desplazando así el almacenamiento de muchos compuestos orgánicos del suelo a las plantas pero, luego, con la llegada del frío, muchas plantas mueren y los nutrientes regresan al suelo nuevamente.
Incluso regula estas fases el manto de nieve, cuya cobertura permite a los microbios actuar, como si estuvieran protegidos por una manta, y al mismo tiempo protege las raíces de las plantas.
Pero la nieve está disminuyendo rápidamente, se estima una pérdida de hasta el 90% a finales de siglo, impulsando una transformación que podría alterar profundamente el delicado equilibrio actual hasta el punto de perder gran parte de la vegetación de arbustos: "nuestro trabajo -afirmó Richard Bardgett, coautor de la Universidad de Manchester- demuestra cómo la combinación de diferentes aspectos del cambio climático puede alterar gravemente los procesos ecológicos subterráneos que subyacen al crecimiento de las plantas en los ecosistemas alpinos".
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA