Lo anunció de forma oficial hoy el ministro para las Empresas y el Made in Italy, Adolfo Urso, junto a los directivos del coloso asiático.
La nueva fábrica estará situada en el norte de Italia, pero el lugar exacto no se ha desvelado todavía.
"Estamos todavía valorando las distintas posibles localizaciones con base en una serie de factores como el contexto, las infraestructuras, la presencia de institutos de investigación de universidades, pero tenemos previsto poner en marcha la inversión en los próximos meses, antes de que acabe el año", explicó Byung Joon (BJ) Han, co-fundador y CEO de Silicon Box, sociedad especializada en tecnologías de componentes electrónicos, advanced packaging y testing.
Habrá que esperar para el inicio de las obras a la aprobación de la Comisión Europea.
La actividad, según se dijo, contribuirá a satisfacer la demanda de ensamblaje de semiconductores -principalmente en el mercado europeo- para habilitar nuevas tecnologías como aplicaciones de nueva generación en el campo de inteligencia artificial, cálculo a prestaciones altas y componentes para vehículos eléctricos.
Urso destacó que será la primera planta productiva de su tipo en la Unión Europea.
Apuntó que a la inversión de Silicon Box se añadirán "cerca de 4.000 millones de gastos operativos previstos en los primeros 15 años para ensamblaje inteligente".
El proyecto del coloso de Singapur es el primero atraído hasta ahora por el gobierno en el ámbito del plan nacional en microelectrónica que, entre sus principales objetivos, está el de expandir la marca productiva de Italia en este sector estratégico.
En Europa, Silicon Box representa la parte que falta para reforzar la cadena del valor, al ser la primera inversión en el backend avanzado para la producción de chiplets.
En Italia Silicon Box refuerza todavía más el sector en línea con la estrategia de Italia de dirigirse hacia el chips design, los nuevos materiales y el ensamblaje avanzado. La fábrica será construida y gestionada según los principios de contaminación cero de Europa, reduciendo al mínimo la huella de carbono y el impacto en el ambiente.
"Los acontecimientos recientes a nivel mundial muestran la necesidad de construir una cadena de aprovisionamientos más resilientes para los semiconductores en Europa. El gobierno coloca los chips y la microelectrónica en el centro de las prioridades estratégicas", afirmó Urso.
Esta iniciativa, añadió, "pone de manifiesto una vez más que estamos en grado de atraer intereses de los actores tecnológicos globales y que Italia participa en la carrera de cubrir una posición de liderazgo en el sector".
Urso se mostró convencido de que "esta nueva estructura actuará de catalizador para nuevas inversiones e innovaciones en Italia".
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