(ANSA) ROMA - Predecir la esperanza de vida, o el futuro de las relaciones sociales de un individuo es posible, según lo demostrado por el algoritmo desarrollado por Sune Lehmann, de la Universidad Técnica de Dinamarca en Lyngby, y descrito en la revista Nature Computational Science.
Este sistema de Inteligencia Artificial aprendió a hacer predicciones sobre los individuos tras ser entrenado con datos relativos a 6 millones de personas, transformándose en una herramienta útil para predecir el comportamiento humano, pero que también abre nuevas cuestiones éticas.
"Se trata de una evolución muy interesante, una aplicación a un contexto importante, de una de las cosas que mejor hace la IA: predecir, analizar grandes cantidades de datos e identificar patrones y repeticiones", dijo a ANSA el jurista experto en robótica e interacción hombre-máquina, Andrea Bertolini, de la Scuola Superiore Sant'Anna de Pisa.
En los últimos años, la IA ha demostrado que, utilizando sofisticados algoritmos, es posible imitar casi a la perfección algunas de nuestras capacidades consideradas hasta hace poco una prerrogativa humana, como la escritura, el lenguaje o la expresión artística. Ahora, utilizando los mismos algoritmos utilizados para emular el lenguaje humano, investigadores daneses han intentado probar si la IA también puede predecir algunos aspectos de la vida humana.
Así como las relaciones entre palabras están codificadas en el lenguaje, los investigadores han codificado relaciones entre aspectos de la vida cotidiana relacionados con la salud, los ingresos o el lugar de residencia.
A partir de los datos, relativos a 6 millones de daneses, el algoritmo intentó predecir algunos aspectos futuros, en primer lugar la mortalidad prematura, en particular la supervivencia superior a 4 años entre las personas de entre 35 y 65 años, y determinar algunas características de personalidad vinculadas a la situación social, como la duración de las relaciones románticas.
"A nivel de investigación puramente científica - agregó Bertolini - el trabajo de los investigadores daneses no representa un cambio de paradigma tecnológico, sino más bien una aplicación en un nuevo sector de los modelos lingüísticos tradicionales que ahora estamos aprendiendo a conocer en muchos campos".
Más allá de los resultados que, según los investigadores, fueron bastante precisos, el estudio subraya sobre todo la necesidad de discutir abiertamente el uso de este tipo de aplicaciones en el mundo real y sus posibles impactos sobre los derechos individuales.
Se pueden imaginar muchas aplicaciones para un modelo de previsión de este tipo, como la posibilidad de disponer de una especie de oráculo personalizado (éticamente no diferente de las predicciones del tarot, pero científicamente exacto), herramientas más fiables para planificar el gasto en pensiones o para fijar el valor de un inmueble.
"Desde el punto de vista jurídico - concluyó el investigador italiano - será importante evaluar verdaderamente la capacidad predictiva de estos modelos y, en consecuencia, definir con mayor precisión el contexto de uso, obviamente también será importante definir cómo y qué datos personales pueden ser usados".
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