El estudio señala que la temperatura media del país en 2022 superó en 0,58 °C el récord anterior, registrado en 2018, en 1 °C la marca de 2021 y en 1,23 °C la media del periodo 1991-2020.
A excepción de marzo y abril, todos los meses fueron más cálidos de lo normal, con anomalías superiores a 2 °C en julio, octubre y diciembre. Las precipitaciones cayeron un 22% respecto a la media del periodo 1991-2020, con una situación más grave en el norte (-33%), lo que se tradujo en una sequía sin precedentes en el río Po, la mayor de Italia en longitud.
La sequía prolongada, asociada al aumento de las temperaturas, determinó una fuerte reducción de la disponibilidad natural de agua en Italia en 2022, con alrededor de 67 kilómetros cúbicos, el mínimo jamás registrado en la serie histórica.
La situación aún podría empeorar en 2023, ya que el país enfrenta actualmente una de las olas de calor más intensas de los últimos años, con temperaturas superiores a los 40 °C en varias ciudades.
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