La vacuna se desarrolló a partir de moléculas modificadas del mismo fármaco. En los animales, la vacuna provocó que el sistema inmunitario produjera anticuerpos que se unían al fármaco que ya se encontraba en el torrente sanguíneo de los animales.
Esto aumentó el tamaño de las moléculas del fármaco, impidiendo que cruzaran la barrera hematoencefálica. Sin llegar al cerebro, el animal no sentía los efectos de la droga en sí.
Los médicos esperan que esto reduzca drásticamente la necesidad de consumir crack y cocaína en una prueba humana.
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